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SALUD

Relatos más excitantes del sexo en el HOTEL

Los relatos de sexo en el hotel suelen ser los artículos más leídos en el Internet, pues sirven como fuente de motivación (y excitación) para aquellas parejas que buscan elevar la excitación al máximo en sus encuentros íntimos.

Así que, si quieres experimentar aquellas sensaciones, aquí te dejamos algunos relatos de sexo en el hotel para que te animes a llevarlo a cabo.

Sexo en el hotel, relatos

 

Decidimos que nuestra primera vez juntos sería inolvidable, y eso implicaba un lugar mágico y especial donde pudiéramos gritar desenfrenadamente y nada nos interrumpiera, por ello elegimos un hotel en el que ambos nos sintiéramos cómodos. Entramos a la habitación y todo era color blanco, olía delicioso y las cortinas eran tan gruesas que no permitían la entrada de la luz del día. Decidimos comenzar el recorrido de caricias desde que abrimos la puerta y fuimos avanzando hasta llegar a la orilla de la cama. Me tomó de las piernas y las elevó y comenzó a besarlas hasta llegar a mis ingles y después a mi zona íntima. Pasó bastante tiempo ahí. Una vez que escuchó mi agitada respiración se bajó el pantalón y comenzó la acción. Los primeros movimientos fueron suaves; no soltaba mi cadera. Tras unos minutos me cargó y me soltó en el centro de la cama, ahí elevamos la intensidad y todo se volvió más dinámico y salvaje. Me subí en él y le demostré lo mucho que me gustaba tener el control. Ambos llegamos al clímax más inesperado. Así fue nuestra gran primera vez.

 

-Shantal, 29 años.

 

Salíamos de una fiesta de cumpleaños de uno de sus amigos. Apenas llevábamos dos meses juntos y nuestras experiencias sexuales habían sido de diez, sin embargo, aquella noche superamos nuestras propias expectativas. Durante la fiesta estuvimos más cariñosos (hot) que nunca, por lo que estábamos seguros de que en cuanto saliéramos de ahí correríamos a encerrarnos en cuatro paredes así que un hotel nos pareció lo indicado. Llegamos al cuarto y no hubo necesidad de encender las luces, en cuanto entramos nuestra ropa estaba en el suelo y nuestras manos no podían soltar al otro. En un solo movimiento me cargó y ya estaba abrazando su cadera con mis piernas. Sus manos me impulsaban hacia él y yo le pedía que no se detuviera. Cuando la intensidad se elevó aún más me sentó en uno de los sillones que adornaban la habitación y besó mi zona íntima como jamás alguien lo había hecho. Llegué al clímax. Continuamos en la cama, yo montada encima de él y sucedió lo esperado, nuevamente alcancé el orgasmo pero ahora al mismo tiempo que él. Nunca nos habíamos sentido tan uno. Fue una noche explosiva…

 

-Erika, 32 años.