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CIENCIA Y TECNOLOGíA

Planean desarrollar fármaco para borrar malos recuerdos

Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York y la Universidad McGill de Montreal, Canadá, demostraron que sería posible desarrollar a futuro un fármaco capaz de borrar los recuerdos, en específico, aquellas memorias relacionadas a momentos negativos en la vida de algún paciente con experiencias traumáticas.

Los resultados fueron publicados en un artículo de la revista Current Biology en el que fue demostrado que es posible borrar de manera selectiva distintas memorias almacenadas en la misma neurona. Para conseguir este efecto, fue utilizado un tipo de babosa marina del género aplysia, esta especie cuenta con pocas neuronas, mismas que además son de gran tamaño, haciéndolas fáciles de detectar y estudiar.

“Cuando la maquinaria bioquímica del cerebro se pone en marcha tras uno de estos eventos, varias memorias pueden quedar codificadas en el mismo espacio”, comentó Pedro Bekinschtei, neurocientífico del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (Universidad de Favaloro, Ineco y Conicet), en entrevista con Infobae:

Los científicos utilizaron un modelo de memoria que estimulaba un circuito de recuerdos que modificaban el comportamiento de una babosa. A todos nos pasa, que cuando la información se adquiere, se ubica y estabiliza en el circuito de la memoria. Al proceso se lo llama Engrama o Traza de Memoria. Y es la representación neuronal de la experiencia vivida. Esa información se traslada a un circuito neuronal, que es un código que establece y se puede recuperar o recordar más tarde”

Acorde a Bekinschtei:

Cuando los recuerdos están almacenados, y son evocados, están distribuidos o ubicados en un modelo desarmado, que debe rearmarse gracias a un proceso metabólico. Esa es la oportunidad que hallaron los científicos para, mediante un tipo de droga, volver a armar o desarmar ese recuerdo en las neuronas.”

La memoria no es un sistema confiable de registro de información, el humano, acorde a diversos estudios, es capaz de recrear su vivencias “adaptadas” para servir a su supervivencia y a su estilo de vida. Según el individuo, detalles cruciales para una personaje podrían ser olvidados para dar lugar a recuerdos que podrían no tener más importancia para nadie más que para el afectado.

Por ello, ahora somos capaces de entender que, mientras que algunos recuerdos se desvanecen con el tiempo, sucesos infrecuentes suelen quedar mejor guardados al igual que aquellos asociados a emociones intensas. 

Según el neurocientífico, el estudio pudo realizarse gracias al la utilización de propanonol, un fármaco que bloquea el proceso metabólico neuronal. Se trata de un betabloqueante que bloquea la conexión neuronal, observable mediante patrones de actividad eléctrica. Sin embargo, la utilización de esta sustancia sería mucho más compleja en seres humanos ya que intervienen millones de neuronas en este tipo de conexiones.

“Si un ratón recibe un shock eléctrico en una caja, los científicos puede etiquetar las neuronas que se activaron en ese momento y activarlas artificialmente para recordar el momento traumático cuando está viviendo una situación y se encuentra a salvo. Del mismo modo, pueden bloquear esa transmisión y eliminar el mal recuerdo de la electricidad si el animal vuelve a entrar a esa caja”, puntualizó Bekinschtei.

Los investigadores estimularon dos neuronas sensoriales conectadas a una neurona motora. Una de las neuronas se estimuló para inducir una memoria asociativa y la otra una no asociativa. Midiendo la fuerza de las conexiones vieron que los distintos tipos de memoria asociadas a distintos estímulos se mantenían gracias a dos variantes de una misma proteína.

Los científicos fueron capaces de borrar un tipo de memoria sin afectar a la otra bloqueando la proteína adecuada. También observaron que era posible borrar memorias concretas bloqueando moléculas que sirven para producir esas proteínas o evitan que estas se desintegren. Los seres humanos también tienen versiones similares de las proteínas con las que las babosas marinas forman y mantienen sus memorias y se sabe que los defectos en estos mecanismos pueden ocasionar discapacidad intelectual.

Los responsables del estudio creen que esta información puede ser útil para diseñar enfoques farmacológicos que desemboquen en tratamientos para personas que sufren estrés postraumático.

Samuel Schacher, profesor de neurociencia de la Universidad de Columbia y uno de los autores del estudio explicó:

Vas caminando por una zona peligrosa de la ciudad y te asaltan violentamente en un callejón. Resulta que, en ese momento ves un buzón de correos y a partir de ese día te pone muy nervioso algo tan inocente como echar una carta al buzón. Uno de los objetivos de nuestra investigación es desarrollar técnicas que permitan eliminar los recuerdos asociativos que pueden quedar grabados en el cerebro durante una experiencia traumática y, al mismo tiempo, respetar los recuerdos no asociativos de manera que la persona siga teniendo la información sobre la experiencia y ello le permita tomar decisiones en el futuro”.

El equipo de Schacher busca mantener los recuerdos en si, pero eliminar la angustia asociada a incidentes traumáticos.

“Hasta ahora se creía que la intensidad de estas conexiones neuronales era común a los recuerdos asociativos y no asociativos. En otras palabras, que si usabas una droga para eliminar uno, eliminabas el otro“, continuó Schacher. Ahora, con este estudio, parece que se abre toda una nueva posibilidad para la ciencia. 

Con información de: Columbia.edu