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ECOLOGíA

Tren Maya: Semarnat asegura que sí habrá estudio de impacto ambiental

A pesar de que Andrés Manuel López Obrador ya estuvo presente en un ritual con pueblos originarios en el que pidieron la anuencia de la “Madre Tierra” para construir el Tren Maya, todavía hasta el fin de semana pasado, las autoridades ambientales no se habían pronunciado sobre la falta de los permisos pertinentes en materia de protección ambiental.

Esta semana, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emitió un comunicado para aclarar que la totalidad de este proyecto turístico en la Península de Yucatán sí será sometido a un estudio de impacto ambiental, evaluación que está prevista en la ley para cualquier tipo de obra de infraestructura.

Ante los cuestionamientos sobre los inicios de la obra sin que se haya presentado una manifestación de impacto ambiental (MIA), la dependencia aclaró que la ceremonia del fin de semana pasado fue para dar inicio a los trabajos de rehabilitación y mantenimiento sobre el tramo del proyecto que ya cuenta con una vía férrea en operación y que va de Palenque a Izamal.

Con respecto a este tramo de 723 kilómetros ya construido, no es necesario que se realice una MIA pero sí “se debe observar lo dispuesto en el artículo 29 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA), en las normas oficiales en materia ambiental y en la legislación sobre recursos naturales”.

Para esta parte del proyecto se contemplan obras de drenaje, limpieza, trabajo de terracería, así como compactaciones y reforzamientos. Expresó el comunicado:

Lo anterior significa que las obras de mantenimiento y rehabilitación del tren actualmente en operación, se realizarán con plena observancia al cuidado y protección del ambiente.

En lo referente a los 802 kilómetros restantes que corresponden a los tramos que van a cruzar por zonas protegidas como la reserva de la biosfera de Calakmul, la Semarnat dijo que se realizará la MIA pertinente una vez que esté listo el proyecto ejecutivo, es decir, en 2019.

Tras la elaboración de la MIA, la evaluación se someterá al análisis de la dependencia, seguido por una consulta pública ambiental y las reuniones públicas de información, “conforme a los máximos estándares de participación pública en la toma de decisiones ambientales”.

Con información de Reforma.