Rudolf Markl, dueño del restorán alemán Oma’s Kuche ha generado una gran controversia por la medida que tomó en su establecimiento: prohibir la entrada a menores de 14 años. El objetivo es brindar un ambiente de paz para los comensales.
De acuerdo con Markl, el problema no son los niños, sino los padres permisivos que dejan a sus niños molestar a otros, gritar y dañar el mobiliario. “No podemos continuar así”, señala.
La intención del propietario no es perjudicar a los menores, sino dar un beneficio a los adultos que asistan a su restaurant. Sin embargo, la Oficina de Lucha contra la Discriminación, en Alemania, no coincide con la medida tomada, ya que puede considerarse discriminación por edad, y sugieren que se les pida a los comensales con niños indisciplinados que se retiren del establecimiento.
Vía Life and Style
