La renta básica universal es una de las iniciativas económicas más comentadas de las últimas décadas. Propone dotar a todos los ciudadanos de un país de un ingreso fijo mensual que ellos pueden usar como deseen. Si deseas no trabajar más, está bien. Si deseas abrir un negocio con ese dinero, también estaría bien. Pero, ¿funcionaría? 3 proyectos en Kenia y Alemania analizan iniciativas de este tipo.
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En la Universidad de Bellas Artes de Hamburgo han lanzado la convocatoria para una beca insólita: darán 3 becas de mil 600 euros para que 3 personas lleven “una vida más relajada”.
Oficialmente se trata de un proyecto de arte donde las personas deberán convencer a un jurado sobre la vida relajada a la que aspiran, las actividades que ya no desean realizar y por qué. Los seleccionados se llevarían el equivalente a poco más de 41 mil pesos mexicanos en una sola exhibición.
“Podría tratarse de un presentador de radio que decide no decir nada durante cinco minutos en un programa. O alguien que no quiere producir residuos plásticos durante un mes”, explicó a DW Friedrich von Borries, profesor de la Universidad de Bellas Artes de Hamburgo, quien es la mente detrás del proyecto.
Aunque en rigor se trate de un proyecto artístico, la empresa bien podría colocarse en el campo de la sociología o de la ecología. Para von Borries, fenómenos como el cambio climático están relacionados directamente con el afán de siempre producir más que distingue a las sociedades modernas.
“Para la transformación ecosocial necesitamos un cambio de cultura y tenemos que cambiar nuestro comportamiento”, explica quien además de ser docente se desempeña como curador, escritor y arquitecto.
Y añade:
“Se trata de abandonar la espiral de la lucha por el éxito, salir de la rueda del hámster. Si queremos vivir en una sociedad que usa menos energía y desperdicia menos recursos, ese es el sistema de valores equivocado. ¿No sería mejor ganar prestigio social diciendo: tengo tiempo para soñar, tiempo para ir a nadar con los niños, encontrarme con amigos, poner los pies en alto, tiempo para no hacer nada?”
Esta iniciativa es llamativa por sus implicaciones artísticas, pero está emparentada con proyectos más ambiciosos sobre la renta básica universal. Esta renta sería una cantidad fija que todos los ciudadanos de un país recibirían sin importar en qué lo gasten, qué tan ricos o pobres son o a qué dedican sus vidas.
Mercado en Kenia donde se desarrolla un proyecto de Renta Básica Universal. (Imagen: Pixabay)
Mientras los detractores alegan que repartir universalmente dinero entre los ciudadanos incrementaría la inflación y promovería el abandono de la escuela y el trabajo, los defensores promulgan que una renta básica promovería el autoempleo, volvería mejor pagados los empleos desagradables y eliminaría la mayoría de los casos de abusos laborales, pues la gente ya no necesitaría un empleo para vivir.
Empresarios como Elon Musk y filósofos como Byung-Chul Han opinan que ante el avance tecnológico y la automatización del trabajo, la renta básica universal sería inevitable, al menos para cubrir los empleos que las máquinas quitarán a los humanos. Incluso el papa Francisco I se ha pronunciado a favor de la renta básica y el Foro Económico Mundial afirmó que sería una buena herramienta ante crisis como la provocada por el coronavirus.
Pero, ¿la renta básica universal funcionaría? Quienes han hecho experimentos al respecto se inclinan a que sí.
Desde 2016, la organización GiveDirectly reparte 22 dólares (unos 480 pesos mexicanos) mensuales a todos los adultos de una serie de aldeas seleccionadas en Kenia.
Los resultados de este amplio experimento se difundirán a finales de año. Sin embargo, sus responsables afirman que, hasta ahora, los números son prometedores: la deserción escolar disminuyó y el número de mujeres dueñas de negocios aumentó.
“La inmensa mayoría de los receptores usaron el dinero para trabajar más y generar más ingresos”, declaró a La Vanguardia Carolina Teti, directora del proyecto.
Paralelamente, en Alemania el el Instituto Max Plack y el Instituto Alemán de Investigaciones Económicas, entre otros convocantes, desarrollan un experimento similar en su país. El estudio de largo aliento dará mil 200 euros al mes (poco más de 31 mil pesos mexicanos) a 120 personas por un plazo de 3 años.
“Queremos saber qué pasa con el comportamiento y las actitudes, y observar si la renta básica puede ayudar a hacer frente a los desafíos actuales de nuestra sociedad”, declaró uno de los responsables del proyecto, Michael Bohmeyer.
¿Ustedes qué dejarían de hacer si tuvieran 1600 euros? ¿O a qué dedicarían la vida si todos los meses recibieran una renta fija de 480 pesos… o de 31 mil pesos?
Por momentos, las tres iniciativas parecen divergentes pero coinciden en un punto específico: los tres proyectos parten de la idea de que se puede aspirar a una sociedad distinta.
