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SALUD

Relatos sexuales en la escuela que no podrás dejar de leer

Muchos recordamos nuestras épocas de carrera universitaria por distintas cosas: carga de materia, exceso de tareas, difíciles exámenes, etc. Sin embargo, aquellos estudiantes juveniles que amaban la adrenalina, más de una vez usaron las aulas, el baño, incluso, el patio de la escuela para llevar a cabo lo que hoy son sus relatos de sexo.

Si tú, como muchos que hoy escriben sus relatos sexuales en la escuela, disfrutas de recordar aquellos placenteros momentos, aquí te dejamos algunas historias placenteras perfectas para dejar volar y encender tu imaginación.

Relatos de sexo en la escuela

Después de quince minutos de besos, caricias y un sexo intenso, la llamamos “la banca del placer”. Bastó un momento para que decidiéramos citarnos después de la última clase de viernes. Por ser fin de semana todos salían corriendo de la escuela, por lo tanto, se quedaba sola. Decidimos aprovechar la perfecta situación y nos volvimos locos en el salón de matemáticas. Todo fue perfecto.

-Erika, 26 años.

La bodega era un lugar un tanto temeroso para muchos, pero para nosotros significó el lugar perfecto para una hora de desenfreno, locura y placer. Era un lugar frío, así que decidimos quitarnos la ropa en cuanto comenzaron los besos. Nuestros cuerpos se calentaron de inmediato y cuando menos lo esperábamos, él ya me tenía recargada en una repisa mientras me practicaba un oral. No pudimos parar y esto terminó en el mejor sexo de mi vida.

-Camila, 28 años.

Nunca hubiera imaginado que el salón de estudios se convirtiera en el cuarto sexual de mi vida. Ya era tarde y lejos de estudiar, mi compañero de materia y yo reíamos y platicábamos de todo un poco. Lo único que faltaba era darle un toque de adrenalina al perfecto momento. Yo veía mi cuaderno cuando de repente sentí sus labios en la parte alta de mi cuello, subió y llegó a la oreja para después tomarme de la quijada y voltear mi rostro hacia él. Me besó. Comenzaron las caricias y ya tenía sus manos dentro de mi blusa. Jugó con mis pechos y yo me adentré en su pantalón. Todo terminó ahí. Fueron los diez minutos más excitantes de mi educación.

Clara, 27 años.