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ARTE Y CULTURA

15 grandes películas que puedes ver gratis en el Festival Black Canvas

¡Nuestras recomendaciones para el Festival Black Canvas, uno de los más importantes festivales de cine en México!

Este 1 de octubre inicia uno de los festivales de cine más importantes y propositivos de México. El Black Canvas Festival de Cine Contemporáneo, con apenas cuatro años de vida, se ha cimentado como un referente cultural en nuestro país. Este festival, junto al gran FICUNAM, es el que más se arriesga en la propuesta de programación para proyectar hitos esenciales del quehacer fílmico en el mundo.

Este año, en medio de una terrible crisis sanitaria que ha puesto en entredicho la realización de cine y la posibilidad misma de regresar a una sala, el Festival Black Canvas resiste. Presentado en un formato híbrido, una parte de la programación se podrá ver en la Cineteca Nacional y algunos complejos de Cinemex (en este link pueden ver toda la programación física), y la otra parte a través del portal FilminLatino de manera completamente gratuita (en este link pueden ver toda la programación online).

Para invitarlos a adentrarse en la excepcional programación de este año, les presento algunas de mis recomendaciones personales. Por supuesto, éstas son sólo algunas de las proyecciones que más me interesan en un festival con 130 películas de 40 países diversos (entre ellas, más de 70 largometrajes y 58 cortometrajes). Así que les queda un mundo para explorar del jueves 1 de octubre al sábado 10 de octubre.

¡Que lo disfruten!

1. Á L’abordage de Guillaume Brac

Guillaume Brac es una de las jóvenes promesas que lleva una década respaldando Les Cahiers du Cinéma. De hecho, en 2018, de manera inesperada, la renombrada publicación crítica puso L’île au trésor, un documental sobre una pequeña locación de vacaciones recreativas junto al río Oise, como una de las películas del año (junto a cineastas como Dumont, Paul Thomas Anderson, Lee Chang Dong y Hong Sang-soo).

Desde los cortometrajes Naufragés (2009) y Un monde sans femmes (2012), se ha comparado a Brac con el naturalismo casual y bucólico de Renoir o Maurice Pialet y con las representaciones íntimas de la ociosidad vacacional francesa de Rohmer en películas como Pauline à la plage (1983). Ahora, después de estrenar Tonnerre en el Festival de Locarno 2013, Brac regresa al circuito de festivales con Á l’abordage, una película en la que trata, nuevamente, viejas obsesiones de masculinidades frustradas, amores rotos y melodramas casuales de vacaciones y derivas.

Á l’abordage sigue el camino de un hombre joven que persigue, a través de Francia, a una mujer que acaba de conocer acompañado de dos amigos. Por supuesto, ninguno de sus sueños de conquista se cumplen y todo se complica en un viaje de intimidades desgarradas. La película de Brac inaugura la selección en línea de este enorme festival híbrido y la podrán ver gratis, en FilminLatino, a partir del primero de octubre.

2. A Metamorfose dos Pássaros de Catarina Vasconcelos

Una de las operas primas que más me intriga en la programación de este festival es A Metamorfose dos Pássaros (“La metamorfosis de los pájaros”) de la directora portuguesa Catarina Vasconcelos. Esta reflexión íntima, a medio camino entre el documental y la ficción, ganó el prestigioso premio FIPRESCI en la Berlinale de este año, además de reconocimientos en San Sebastián y Taipei.

Vasconcelos tardó seis años para crear este híbrido íntimo que cuenta la historia de su propia familia y una relación abierta con la muerte de seres queridos. Como continuación de su cortometraje Metáfora ou a Tristeza Virada do Avesso (2013), A Metamorfose dos Pássaros es una propuesta de relación universal sobre el duelo y las relaciones familiares. Y así lo explicó, elocuentemente, la joven directora:

“Quería que mi película fuera sobre esta familia, pero que pudiera hablar con otras personas. El tiempo que toma esta cinta es el tiempo que a mí me toma salir de mí misma para llegar a otros. Conseguir liberarme de mi familia y del miedo de inventarlos, para poder inventar libremente.”

3. Red Post on Escher Street de Sion Sono

¿Qué se puede decir de Sion Sono? El prolífico director japonés, con más de 50 películas en su haber, no ha dejado de sacar, mínimo, una cinta al año desde los noventa. Abarcar los intereses y la importancia irreverente y transgresora del cine de Siono en Japón es, pues, una tarea pantagruélica. Este es un director que narra la desgracia de una sociedad caída en el abandono, la objetificación fetichista y el materialismo banal; un director que quiere revivir la poesía de las imágenes, del happening, del momento espontáneo frente a una cultura que percibe homologada, estática y predecible; un director al que, finalmente, le importan muy poco las buenas conciencias y las formas correctas. Por todo esto, una de las proyecciones más importantes de este Festival Black Canvas será el estreno mundial de su nueva película, Red Post on Escher Street.

Red Post on Escher Street, después de Why Don’t You Play in Hell? (2013), regresa a cuestionamientos metanarrativos sobre el hecho mismo de hacer cine. En esta cinta, un director sobredotado busca intérpretes para su nueva película. Al no lograr quedar en el casting, muchos actores comienzan a tomar roles de extras y todo se vuelve cada vez más complejo. Lejos de sus más recientes adaptaciones de manga, de los delirios de ciencia ficción o las comedias de horror y Tokusatsu, Siono parece regresar, en esta cinta, a sus incisivas reflexiones sobre la tarea de un artista y el papel del cine en una sociedad rota. Imperdible.

4. First Cow de Kelly Reichardt

Kelly Reichardt representa una veta perdida del cine estadounidense. La veta necia y sin compromisos de las películas de John Cassavetes y el cine independiente que nunca le pidió nada a nadie.

Desde los años noventa, cuando su opera prima River of Grass (1994) apantalló a los jurados de Berlín y Sundance, Reichardt ha luchado con la constante dificultad de levantar proyectos independientes siendo mujer en un ambiente misógino y resultadista. A pesar de eso, es la primera directora americana en ganar el máximo reconocimiento del festival de Rotterdam y su obra ha triunfado en Cannes, Berlín, Venecia y, por supuesto, Sundance.

Muchas de sus películas exploran, con tonos naturalistas y melancólicos, obras literarias de minimalismo concreto que se adentran en el corazón de la conciencia americana. En particular, Reichardt ha hecho un equipo creativo sin precedentes con el escritor Jonathan Raymond, situando a Portland, Oregon, en el centro de su producción.

Al adaptar una historia de Raymond, Reichardt regresó a los largometrajes (después de una década de filmar cortometrajes en 8mm) con Old Joy (2006). Después, adaptó el cuento “Train Choir” (publicado en Livability, 2008) de Raymond para crear Wendy and Lucy en 2008; la conmovedora historia de una mujer que se separa, inadvertidamente, de su perrita. Con Meek’s Cutoff (2010), Reichart exploró el género del Western con otra historia de Raymond situada en el inhóspito desierto de Oregon. Finalmente, en Night Moves (2013), Reichardt y Raymond crearon un guión original para un inesperado thriller de ambientalistas radicales.

En esta cuarta edición del Festival Black Canvas, Kelly Riechardt presenta su quinta colaboración con Jonathan Raymond: First Cow, basada en la novela de 2004, The Half-Life. En esta ocasión, Reichardt y Raymond regresan a Oregon para explorar la humanidad de los que habitaban las despiadadas praderas del siglo XIX. First Cow narra una historia de amistad y supervivencia en torno a la enigmática presencia de una única vaca lechera en medio de un paraje abandonado a la supervivencia. Posiblemente, una de las películas más esperadas de este año maldito.

5. Point And Line To Plane de Sofia Bohdanowicz

¿Qué puedo decir? Soy un admirador declarado de la cineasta canadiense Sofía Bohdanowicz y éste parece ser el mejor año para ver sus películas en México. Cuando empezó la pandemia y el encierro involuntario, el festival DAIMON trajo, a través de FilminLatino una hermosa retrospectiva de sus cortometrajes documentales y el delicado largo íntimo Maison du Bonheur (2017).

Ahora, gracias a Black Canvas, podremos ver el cortometraje que produjo después de estrenar MS Slavic 7, su tercer largometraje. Con este documental -que toma por título el tratado de Vasili Kandisnki sobre la sintaxis de composición en la pintura abstracta-, Bohdanowicz explora los significados del duelo a través de la observación del arte. Como es costumbre en los trabajos iluminadores de esta directora, Point And Line To Plane promete una reflexión íntima, plástica y desgarradora sobre la muerte y el sentido que podemos darle.

6. Foco a Jia Zhangke

Admirador de Ozu y de Antonioni, el cineasta más representativo de la sexta generación del cine Chino se aleja, por completo, de las exportaciones amigables de una China idealizada por occidente. En sus películas ya no hay grandes épicas medievales llenas de colores, duelos de honor y efectos especiales para el gusto exotizante de Hollywood. Zhangke, al contrario, en la veta de sus admiraciones, mezcla la lectura antropológica, directa, de campo, con la ficción, creando una expresión de realismo crudo que se entrelaza con una sensibilidad única de reminiscencias neo-noir.

En esta cuarta edición de Black Canvas, se hará una retrospectiva de la primera obra de Jia Zhangke empezando con su primer mediometraje, Xiao Shan Going Home de 1995. Xiao Shan Going Home cuenta la historia de un cocinero que intenta regresar a casa para el festival de primavera en un viaje que parece alejarlo, cada vez más de su meta. Esta opera prima provocadora no buscó fondos del gobierno, se hizo con rabia y mezcló, como una fuerte afrenta al centralismo chino, lenguas de diferentes partes del país. Cuando produjo esta cinta, el cineasta era todavía un joven estudiante de Shanxi al que nadie conocía. Pero la bravura de esta película lo situó, a través del festival de cortometrajes de Hong Kong, en la mira de varios productores locales.

The Pickpocket (1997) es la segunda cinta de Jia Zhangke y también será proyectada en esta edición de Black Canvas. Se trata del primer largometraje del reconocido director chino y la primera película que presentaría al mundo occidental como parte de la sección “Forum” del Festival Internacional de Cine de Berlín. Con un presupuesto de 50 mil dólares, apoyado por el cinematógrafo Yu Lik-wai (que conoció con su anterior mediometraje en Hong Kong), Zhangke cuenta la historia de un ladrón de poca monta cuya vida se derrumba entre resentimientos de amistad, de familia y de romance. Una pequeña y deliciosa historia de frustración.

La tercera película de Zhangke, premiada en Venecia, Friburgo y Singapur, también se proyectará en Black Canvas. Se trata de Platform (2000), un recorrido sensible por los cambios en China desde la década de los setenta con el fin de la revolución cultural, hasta los años noventa y el principio del impacto de la globalización en el país. La cinta sigue a una tropa de teatro que transita desde modelos más tradicionales hasta la influencia occidental del rock. Una película que cimentó la importancia de Zhangke en el mundo y que se considera, ahora, un clásico del siglo XXI.

Finalmente, como parte del foco a Jia Zhangke, Black Canvas presentará su tercer largometraje, Unknown Pleasures (2001); una película que se considera como la última parte de la trilogía independiente del cineasta. Temáticamente, esta obra continúa el relato de un cambio cultural en China en el ocaso del siglo XX. En esta ocasión, continuando el recorrido histórico de Platform, Unknown Pleasures retrata a la generación del control natal, de la invasión de la cultura popular occidental, y de la llegada de internet a China. Una cinta cruel de esperanzas nulas, de violencia política, de mafiosos y peleas callejeras, de escapes frustrados a través de los sueños de violencia de otra cultura televisiva.

Por supuesto, como un extra a la programación de Foco, en esta edición de Black Canvas, también podremos ver la nueva cinta de Jia Zhangke, Swimming Out Till The Sea Turns Blue; un documental que se estrenó en la pasada Berlinale y que retrata casi un siglo de cultura China en un festival literario de Shanxi; un retrato espiritual de una región lejana que se pinta, francamente, como certera coronación para una poderosa retrospectiva.

7. Love Poem de Qing Shi

En el mismo corte intimista de muchas películas en este festival, me entusiasma particularmente el experimento minimalista y de realismo crudo del joven director japonés Qing Shi. En esta cinta, Shi se encierra con su pareja en un coche al que transformó para filmar las más mínimas variaciones en sus interacciones. En el trayecto hacia una visita familiar, encerrados y apartados, estos dos jóvenes padres, pareja endeble, comienzan a desmoronarse en recuerdos y resentimientos.

Love Poem formó parte del festival Visions du Réel y ha sido bien recibida por el público internacional. Una exploración que se antoja interesante y que, junto a muchas otras propuestas de la sección Nuevo Horizonte, parece centrarse en las vicisitudes íntimas del recuerdo, del amor frustrado, y de la soledad en compañía.

8. Retrospectiva de José Luis Torres Leiva

Figura esencial para el cine chileno y latinoamericano contemporáneo, José Luis Torres Leiva tiene una mirada única. La sensibilidad de este director está en un constante ir y venir entre el documental y la ficción, en una búsqueda por indagar en la materialidad y la plasticidad misma del cine. Con más de diez largometrajes documentales, tres largometrajes de ficción e innumerables cortometrajes documentales y experimentales, Torres Leiva ha cimentado una obra consistente en los últimos quince años.

Como explorador de lo perceptible, de los cuerpos, de los paisajes, de los ambientes, Torres Leiva es una figura esencial para repensar el cine documental en nuestros días. Y sus experimentaciones sensibles y sensuales tendrán una hermosa retrospectiva de nueve películas en este cuarto festival Black Canvas.

El recorrido por su obra comenzará en el celebrado cortometraje documental Obreras saliendo de la fábrica (2005) en donde el cineasta chileno explora, con un guiño de más de un siglo a los Lumière, gestos cotidianos de cuatro obreras; y abarcará hasta la más reciente obra de ficción del director Chileno, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (2019) en donde se explora el duelo y de la representación afectiva de la fatalidad. Esta película, además, viene acompañada de una proyección del cortometraje que, de alguna manera, sirve de prólogo a su exploración de la muerte: El sueño de Ana (2017).

En este recorrido, también, se proyectarán películas como el celebrado largometraje de ficción El cielo, la tierra y la lluvia (2008) en el que Torres Leiva explora el ocio cotidiano de cuatro personajes; Verano (2011), un impresionante ensayo visual sobre las sensaciones táctiles, sensibles, de una estación; Tres semanas después (2010) en donde el documentalista chileno explora los estragos y las superficies de un sismo; Ver y Escuchar (2013) sobre la realidad sensible de personas ciegas y sordas; El viento sabe que vuelvo a casa (2016), una búsqueda autocrítica sobre la mirada del documentalista a través de la observación de Ignacio Agüero; y Sobre las cosas que me han pasado (2018), un cortometraje que retrata otra cara de la vivencia íntima a través de los diarios del escritor Marcelo Matthey.

Un cuerpo consistente de películas y una selección deliciosa para celebrar a uno de los cineastas más interesantes de Latinoamérica.

9. Kala Azar de Rafa Janis

Una película de tintes post apocalípticos sobre una pareja que recoge animales muertos para cremarlos. El título de la cinta se refiere a una enfermedad parasitaria crónica potencialmente mortal y de efectos devastadores en el organismo. Con esta idea como encabezado, la joven directora griega Rafa Janis se adentra en un retrato tierno de la muerte y de nuestra relación con los animales.

Esta opera prima fue bien recibida en la competencia oficial del pasado festival de Rotterdam y será interesante ver si su construcción minuciosa de atmósferas merece las alabanzas que ha cosechado en el circuito de festivales.

10. The Woman Who Ran de Hong Sang Soo

El director surcoreano que ha conquistado los festivales de Cannes, Locarno, Busan, San Sebastián y Buenos Aires, presenta la más reciente producción en su prolífica carrera. Con The Woman Who Ran, Hong ganó el León de Plata en la pasada Berlinale. La película narra la experiencia de una mujer que, cuando su esposo se va de viaje, descubre lo que es estar separada de un interés romántico posesivo. Así, a lo largo de tres días, el personaje protagonizado -por supuesto- por Kim Minhee, descubrirá diferentes visiones del amor en pareja y la violenta realidad de la masculinidad más tóxica.

De nuevo, Hong hizo una película a la rabia, escribiendo día a día, dirigiendo y produciendo entre cigarros y nubes de Soju, montando él mismo su cinta y dejando todas las rebabas sin limar. De nuevo, al parecer, entrega un retrato íntimo y profundo, complejo y serio, de una realidad vivencial en su natal Corea. Una de las proyecciones de mayor renombre en este Black Canvas y una oportunidad única para regresar a las salas de cine para ver a uno de los más importantes directores vivos.

11. Isabella de Matías Piñeiro

Isabella ha sido descrita como la película más radical del joven director argentino Matías Piñeiro. Una película que pasó por varios festivales este año (incluyendo la Berlinale) y que cuenta una historia deshilvanada alrededor de una actriz que quiere interpretar a Isabela de la comedia Medida por Medida (Measure for Measure) de William Shakespeare. La obra elisabetina gira en torno a una novicia que debe decidir entre su deber sagrado y la vida de su hermano, acusado por fornicación.

En la película de Piñeira, la actriz que quiere interpretar a Isabela deberá pasar por diferentes pruebas de actuación, pruebas íntimas y pericias sentimentales para conquistar el papel. Todo, por supuesto, en una exploración sin continuidad lógica, basada en la experimentación y construida según un complejo esquema perceptivo. Isabela parece ser una apuesta compleja y arriesgada que juega con el tiempo y que pone a prueba las frustraciones de la actuación, del cine, de una vida ligada al arte. Sin duda, una interesante propuesta formal del festival.

12. Generations de Lynne Siefert

Lynne Siefert es una joven cineasta experimental egresada del Department of Visual and Media Arts del Emerson College en Boston. Ha hecho tres cortometrajes y, apenas este año, estrenó Generations como parte de la competencia Forum en la Berlinale.

La opera prima de Siefert se compone de 13 cuadros estáticos de plantas de energía que queman enormes cantidades de carbón en Estados Unidos. Entre los planos fijos de Kiarostami y la crítica paciente de Weismanm, Siefert observa y retrata estructuras faraónicas que no necesitan ser explicadas, que hablan solas en su monumentalidad paciente.

En medio de un debate apremiante, en Estados Unidos, sobre los acuerdos de París, las energías renovables y las responsabilidades estatales frente al calentamiento global, el documental de Siefert se antoja necesario. Además de ser una propuesta interesante y el debut de una directora prometedora.

13. La paloma y el lobo de Carlos Lenin

La paloma y el lobo es una opera prima impresionante. Carlos Lenin logró crear un lenguaje cinematográfico propio, descarnado, violento, para retratar los traumas reprimidos de las masculinidades mexicanas. Una exploración íntima de la vivencia del director, como hombre, en Monterrey; una visión tensa que se desgarra en lo no dicho; un retrato crudo de las pesadas trabas mentales que la misoginia teje entre parejas.

Esta película imperdible, tal vez, debió ser más apreciada en el Festival de Morelia y en los premios Ariel. Por lo mismo, no ha encontrado un público en los canales más comerciales o los reflectores más canónicos de nuestra industria. De cualquier forma, es una experiencia cinematográfica sumamente interesante que debe apreciarse, sí o sí, en una pantalla grande.

14. Um filme de verão de Jo Serfaty

Desde su paso por el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la opera prima de Jo Serfaty ha causado revuelo. Al parecer, se trata de un retrato documental de juventudes en favelas de Rio de Janeiro que se aleja mucho de los sensacionalismos y exotismos habituales en el cine latinoamericano más comercial.

Serfaty sigue, con una cámara empática, a Ciao, Ronaldo, Junior y Karol, cuatro jóvenes que, entre los pasillos de algunos de los barrios más peligrosos del mundo, viven vidas normales, pautadas por pasiones musicales, calenturas pasajeras y la fuerte presencia del cristianismo evangélico. Se ha descrito a esta película como un punto de partida nuevo para las sensibilidades realistas de nuestro continente y eso basta para intrigarme.

15. Labyrinth Of Cinema de Nobuhiko Obayashi

El legendario director japonés Nobuhiko Obayashi filmó, produjo y editó esta película en sus últimos meses de vida, batallando con un cáncer de pulmón terminal, mientras recibía tratamientos de quimioterapia. Obayashi fundó una escuela experimental en Japón, creó todo un seguimiento de culto por sus películas de horror surrealista y fantasías adolescentes, y tiene una carrera de 60 años dedicada a las posibilidades formales del cine. Con Labyrinth Of Cinema, como último testamento, el mítico creador regresó fílmicamente al mismo lugar en el que nació, a la tierra nuevamente fértil de Hiroshima, a Onomichi.

En esta épica de tres horas y media, Obayashi proyecta a tres espectadores contemporáneos hacia un pasado bélico desde la guerra Sino-Japonesa hasta el trauma de las bombas atómicas. Con una película que mezcla, como sólo él sabía hacerlo, materialidades fílmicas y técnicas dispares, Obayashi se despide del mundo a través de este legado antibélico; un legado que merecíamos ver en el esplendor de una sala oscura; un legado que sería criminal obviar.