Con la llegada de octubre no sólo se vuelve evidente la llegada del otoño, para muchos llega la época en que la luna se verá más espléndida en todo el año. Para saber si esta creencia popular sobre la luna de octubre está justificada, El Universal entrevistó a la maestra Brenda Carolina Arias, coordinadora de Comunicación de la Ciencia del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Cuestión de perspectiva
La maestra Arias señala que intrínsecamente no sucede nada especial con nuestro satélite natural durante octubre, sino que coinciden “un acumulado de factores que nos dan esa percepción de que es más bella, y porque decimos que es más bella es porque es más brillante”.
Algunos de estos factores son:
- el perigeo
- la duración de la noche
- el cambio de estación
Cerca de ti
Se le llama perigeo al punto de mayor cercanía entre la Tierra y la Luna (o entre cualquiera de sus satélites artificiales). Cuando este evento coincide con la primera luna llena de octubre, entonces la vemos más grande y más brillante que nunca. Se suele llamar superluna a esta coincidencia, aunque no es un término científico.
Ocasos tempranos
Con la transición de los largos días de verano hacia las largas noches del invierno, las noches de octubre van cayendo cada vez más temprano.
Entre más tiempo de oscuridad tenemos, más posibilidades tenemos de apreciar la Luna.
De las lluvias a los vientos
Alrededor del 21 de septiembre, acontece el equinoccio de otoño, y con él comienza esta estación. Para inicios de octubre, el cambio entre las lluvias del verano y las ventiscas de otoño empezarán a ser cada vez más evidentes.
La maestra Arias señala que el contraste entre los nublados cielos de julio, agosto y septiembre y los despejados de octubre pueden ser un factor que nos hace apreciar más la visualización de la Luna, pues es cuando volvemos a verla.
Según la maestra Arias, antes de que fueran más evidentes los efectos del calentamiento global, las diferencias entre cada estación estaban mejor definidas.
Adoración milenaria a la luna
Desde hace milenios, China y otras culturas asiáticas han celebrado festivales otoñales para celebrar y agradecer la cosecha. La adoración de la luna es una parte importante de estas festividades, no sólo por ser relacionada con la fecundidad, sino también por la coincidencia de la temprana y brillante luna llena del equinoccio con las cosechas abundantes. Es decir, más que darle un mero valor estético a la luna de esa temporada, nuestro satélite tiene una función ritual para el campo.
Incluso en Occidente, la luna llena más cercana al equinoccio de otoño tiene un nombre especial: “Luna de la Cosecha“, y suele caer en septiembre, aunque a veces —como este 2017— a principios de octubre. A la siguiente luna llena, se le conoce como “Luna del cazador”.
Este año la NASA celebrará la Noche Internacional de Observar la Luna el 28 de octubre. “[La Noche Internacional de Observar la Luna] no es el día de la luna llena, que será el jueves 5, pero no lo hacen en luna llena porque es demasiada luz y es muy difícil verla a través de un telescopio y preferimos hacer la observación cuando la Luna está en cuarto creciente”, comentó la maestra Arias.
Chang’e, diosa china de la Luna (vía Wikipedia)
Vía El Universal
