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HISTORIA

¿Quién fue Alfred Nobel, el creador de los premios y el inventor de la dinamita?

El sueco hizo grandes aportaciones para la humanidad

El 21 de octubre de 1833 nació en Alfred Nobel. Fue un químico, ingeniero y escritor, quien pasó a la historia de la humanidad por dos aportaciones muy dispares: los Premios Nobel y la dinamita. 

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Alfred Nobel nació en Estocolmo, Suecia. El padre de Nobel, Immanuel, fue un inventor y empresario sueco. Cuando Alfred todavía era un niño pequeño, Immanuel trasladó su negocio y su familia a San Petersburgo, Rusia, donde suministró al ejército ruso material de guerra, incluidas las primeras minas submarinas.

Alfred y sus hermanos fueron educados en casa por tutores suecos y rusos en química y otras materias. Alfred llegó a ser muy competente en química, pero también tenía la ambición de convertirse en escritor.

Foto: Wikimedia Commons

Para disuadirlo a dejar las letras, el padre de Nobel lo envió al extranjero para estudiar ingeniería química. Durante un período de dos años, Nobel visitó Suecia, Alemania, Francia y Estados Unidos. Regresó a Suecia en 1863 con su padre después de que la empresa familiar quebró.

La dinamita

De regreso en Suecia, Alfred Nobel se mostró interesado en la fabricación y el uso seguros de nitroglicerina, un explosivo muy inestable. Su hermano Emil había muerto en una explosión de nitroglicerina en 1864.

Nobel incorporó nitroglicerina a la sílice, una sustancia inerte, que la hacía más segura y fácil de manipular. Tras pruebas exitosas, patentó su creación en 1867 bajo el nombre de ‘dinamita’. La dinamita estableció la fama de Nobel y pronto se utilizó para hacer túneles, canales y la construcción de vías férreas y carreteras en todo el mundo.

Foto: Flickr

Alfred Nobel se hizo rico mediante la creación de empresas y la venta de derechos de patente de dinamita y productos relacionados en todo el mundo.

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En 1875 creó gelatina explosiva, una suspensión coloidal de nitrocelulosa en glicerina, y en 1887 inventó la balistita, un polvo casi sin humo especialmente adecuado para propulsar proyectiles militares.

Nobel, el hombre que había tratado de hacer que el manejo de explosivos fuera seguro para los trabajadores, estaba profundamente preocupado por la destructividad de sus inventos y el uso bélico que se les había dado.

El Premio Nobel

Foto: Flickr

Alfred Nobel se consideraba un pacifista, así que en 1888, cuando los medios reportaron su muerte, en lugar de la de su hermano Ludwig, sufrió una fuerte sacudida.

Le dolió especialmente un encabezado de un periódico francés que decía: “El mercader de la muerte ha muerto”, en referencia a su invención de la dinamita. Esto pudo haber sido una motivación para hacer algo por su legado.

Hice ajustes en su testamento, y al no tener esposa ni hijos, decidió que su cuantiosa fortuna fuera usada para la creación de unos premios, que serían otorgados a quienes hayan hecho todo lo posible por la humanidad en el campo de la Física, la Química, la Fisiología o la Medicina, la Literatura y la Paz

Así, cuando Alfred Nobel murió, el 10 de diciembre de 1896, en San Remo Italia, se dieron los primeros pasos para que se establecieran los criterios y el comité para lo que ahora conocemos como los Premios Nobel. Así, se otorgaron por primera vez en 1901.

De esta manera, el legado de Nobel en la historia es, sin duda, imborrable por el impacto que sus creaciones e inventos siguen teniendo hasta nuestros días.