“El estómago tarda 7 años en disolver un chicle” o “Si te pasas un chicle se te van a pegar las tripas”, son frases que por años las mamás les han dicho a sus hijos para advertirles sobre los supuestos riesgos de tragarse una goma de mascar.
Pero… ¿qué tan ciertas son estas afirmaciones? ¿realmente es perjudicial para la salud comernos un chicle?
En realidad, la respuesta no es tan complicada. Lo primero que debemos saber es que los chicles tienen una goma base compuesta por componentes artificiales que ayudan a darle su consistencia. Aunque las enzimas del cuerpo humano no son capaces de descomponer dicha goma, esto no significa que al tragarnos un chicle éste se quedará pegado por años en las paredes estomacales o intestinales.
Lo único que pasa en estos casos es que el chicle llega al estómago, de ahí sigue su camino hacia el intestino y el colón, para finalmente ser expulsado en un plazo de uno a tres días. Este proceso no daña el estómago ni lo obstruye, de hecho, para que algo así ocurra tendrían que comerse varios chicles y aún así la posibilidad sería baja.
En conclusión, nada mala te pasará si un día te pasas un chicle, aunque tampoco debemos olvidar que el consumo excesivo de goma de mascar puede ser perjudicial para nuestros dientes, además de que sus elevados niveles de azúcar pueden contribuir al sobrepeso.
