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SALUD

¿Qué le ocurre al cuerpo humano cuando se expone a temperaturas extremadamente bajas?

Mientras las bajas temperaturas alcanzan nuevos récords en la zona de los Grandes Lagos (Minnesota, Wisconsin, Illinois, Michigan y buena parte de Canadá), la ola de frío ártico ha obligado a las autoridades norteamericanas a emitir alertas a la ciudadanía para que permanezca en sus hogares.

Si los registros de este vórtice polar indican temperaturas por debajo de los -30 grados, ¿qué le ocurre al cuerpo humano si se expone a estas condiciones climatológicas tan extremas?

Para colocar esta situación en la perspectiva apropiada, esta semana ha estado haciendo un frío “letal” en Chicago, con ráfagas heladas que superan el frío experimentado en zonas de la Antártica o en el Monte Everest (ver recuadro). Según el Servicio Nacional de Meteorología de EE.UU. (NWS, por sus siglas en inglés), solo bastan 10 minutos para que el cuerpo humano se congele en estas condiciones.

Pero antes de convertirnos en bloques de hielo, recordemos que el organismo todavía cuenta con ciertos mecanismos de defensa para regular la temperatura corporal. El hipotálamo es la región del cerebro que se encarga de mantener los órganos vitales en funcionamiento, habilitando reacciones involuntarias, como cuando el cuerpo tiembla de frío o nuestro vello corporal se pone “de gallina”.

Pero lo que el hipotálamo hace en realidad es sacrificar las extremidades para que los órganos vitales conserven un poco de calor, el tiempo suficiente para que encontremos un refugio. Al mantener el flujo de sangre caliente en el centro del cuerpo, las extremidades comienzan a enfriarse, lo que empieza con una sensación de hormigueo en los dedos de las manos.

Ya en casos más extremos, cuando el cuerpo se somete al congelamiento -especialmente cuando la piel se expone en contacto directo con el frío- la circulación de la sangre disminuye y la caída en el flujo resulta en la congelación y fractura de los tejidos.

Por eso es sumamente recomendable cubrirse con gruesas (¡y secas!) capas de abrigo si la gente va a salir fuera de sus casas, lo necesario para disminuir la salida de calor y evitar el contacto directo con la piel. También se recomienda el uso de gafas para cubrir los ojos, evitar el uso de joyería (ya que los metales se congelan con mayor facilidad), e incluso evitar conversaciones y respirar profundamente.

Más allá de los resfriados comunes, las temperaturas extremas pueden aumentar el riesgo de padecer un paro cardiaco o un derrame cerebral. Esto se debe a que los vasos sanguíneos de la piel se contraen para conservar calor y el corazón debe trabajar con más rigor para bombear la sangre a través de los vasos contraídos.

Por eso es tan importante no exponerse, ya que por cada grado que cae la temperatura por debajo de los 18 grados, los riesgos de muerte por motivos del clima aumentan por 1.5%.

Con información de BBC Mundo.