Durante el juicio de Amber Heard por difamación, una psicóloga contratada por el equipo legal de Johnny Depp testificó que la actriz presenta dos tipos de trastorno de personalidad. La doctora llegó a este diagnóstico mediante 12 horas de entrevistas a Heard y revisando sus registros de salud mental.
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Un trastorno de personalidad se define como un patrón de pensamiento, desempeño y comportamiento marcado que puede alterar la vida de una persona, afectando su capacidad de relacionarse con situaciones o personas.
Hay diez tipos de trastornos de personalidad, los cuales están divididos en tres grupos. El grupo A corresponde a las afecciones que se caracterizan por pensamientos de suspicacia (paranoide, esquizoide y esquizotípico), el grupo B son emotivos o impulsivos (antisocial, limítrofe, histriónico y narcisista), y el grupo C son de ansiedad o temor (evitación, dependiente y obsesivo-compulsiva).
La actriz Amber Heard fue diagnosticada por la doctora Shannon Curry con trastorno límite de la personalidad y trastorno histriónico de la personalidad. En este espacio nos vamos a enfocar en el más común de estos trastornos mentales, y también, el que carga con un mayor estigma social.
Qué es el trastorno límite de la personalidad
Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés) “el trastorno límite de la personalidad es una afección mental que se caracteriza por un patrón continuo de estados de ánimo, autoimagen y comportamientos inestables”.
“Estos síntomas a menudo resultan en acciones impulsivas y problemas en las relaciones con otras personas. Una persona con el trastorno límite de la personalidad puede tener episodios de ira, depresión y ansiedad que pueden durar desde unas horas hasta varios días”.
Estos son otros síntomas según Mayo Clinic:
- Conducta impulsiva y riesgosa, como tener relaciones sexuales sin protección, involucrarse en apuestas o tener atracones.
- Cambios en el estado de ánimo, a menudo como reacción al estrés interpersonal.
- Conductas suicidas o amenazas de autolesión.
- Temor intenso a estar solo o a ser abandonado.
- Sentimientos de vacío continuos.
- Paranoia intermitente relacionada con el estrés.
Entre los factores que pueden detonar este trastorno mental figuran el historial familiar de un paciente, cambios estructurales y funcionales en el cerebro, así como acontecimientos traumáticos durante la infancia, como abuso, abandono o adversidad, entre otros factores sociales.
Aunque se trata de un trastorno “históricamente difícil de tratar”, una persona con trastorno limítrofe no debe ser vista automáticamente como una persona abusiva o manipulativa. Los pacientes con este diagnosis “deben recibir tratamiento especializado con base científica por un profesional de la salud mental debidamente capacitado”, indica el NIMH.
En Estados Unidos, este trastorno (conocido como como “borderline” o BPD) afecta al 1.6 por ciento de la población, es decir, a más de 4 millones de personas. El 75 por ciento de los pacientes diagnosticados con trastorno límite de la personalidad son mujeres.
