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SALUD

¿Qué es el síndrome del impostor y por qué te podría estar afectando?

Tal vez, sin saberlo, has sufrido las consecuencias del síndrome del impostor.

Sin saberlo, más del 70% de las personas en el mundo han sentido alguna vez el síndrome del impostor. ¿Has sentido que no vales para tu trabajo? ¿Que alguien más podría hacerlo mejor? ¿Que van a descubrir que no eres capaz de hacerlo y te van a reemplazar? Probablemente también tú has sido víctima del síndrome del impostor.

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El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que fue descrito, por primera vez, en 1978 en el International Journal of Behavioral Science en un artículo llamado The Impostor Phenomenon. Según este estudio, el síndrome del impostor consiste en interpretar la realidad a través de un prisma de inseguridad que produce síntomas de incompetencia laboral.

Al parecer, se trata de un trastorno bastante común que ha sufrido, alguna vez en su vida, más del 70% de la población. Incluso, varios personajes notorios han admitido haberlo sufrido. Es el caso de la ex primera dama Michelle Obama, el primer hombre en pisar la luna, Neil Armstrong o la exitosa actriz sudafricana Charlize Theron.

El síndrome del impostor generalmente se manifiesta en momentos de cambio: cuando estamos empezando un nuevo trabajo, un nuevo puesto o un nuevo proyecto, o cuando estamos asumiendo mayores responsabilidades. Y se manifiesta como un temor agudo que nos hace sentir que somos incompetentes, que no podremos encargarnos del trabajo que nos están dando, que somos impostores y que estamos engañando a todos alrededor de nosotros, que nos dieron responsabilidades que no merecemos y para las que no estamos preparados. Así lo explicó el Dr. José Antonio López

“Existen varias escalas que evalúan el Síndrome del Impostor, pero la más usada es la Clance Impostor Phenomenon Scale, que fue desarrollada en 1985. La principal característica es que las personas con el síndrome del impostor no expresan que “me siento como un impostor”. Es solamente cuando leen u oyen de casos/síntomas similares que sienten entonces que padecen el síndrome del impostor.

Esencialmente, alguien puede reconocer que padece el síndrome del impostor cuando uno atribuye su éxito en una tarea (sea una evaluación en la universidad, unos resultados en el trabajo, etc.) a factores externos, incontrolables para la persona, tales como la suerte. Cree que su rendimiento ha estado por encima de sus capacidades y que en las próximas veces que se enfrente a tareas similares va a fallar. Tiene miedo de que la gente se va a dar cuenta de “quien realmente es” y que no merecía ese resultado o estar con otras personas que también son exitosas. Tiene una tendencia al perfeccionismo y no se siente confortable con los halagos o refuerzos por sus logros. Se preocupa constantemente del futuro resultado y la constante evaluación que va a ser sometido/a y de no cumplir las expectativas que tienen los otros sobre sus logros.

Suele ser frecuente que esté unido a trastornos del estado del ánimo, ansiedad y depresión, la dificultad de disfrutar de su trabajo y el agotamiento laboral”.

A pesar de que este síndrome se bastante común, parece afectar más a mujeres que a hombres. De hecho, los hombres son 18% menos susceptibles de sentir las consecuencias de este síndrome. Esto tiene que ver, principalmente, por el machismo imperante y las posiciones de privilegio que aún mantienen los hombres sobre las mujeres en gran parte de los ambientes laborales del mundo.

La profesora de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Eva Rimbau, explicó una de las razones por las cuáles se puede a llegar a manifestar este síndrome:

“Las personas sabemos dónde están nuestras carencias, pero no vemos las de los demás. Siempre nos parece que el resto está mejor preparado que nosotros” y achaca esta falta de confianza a la educación imperante: “El problema es que no se habla de los tropezones y los fracasos como de algo que te ayuda a avanzar. Lo normal es no conseguir las cosas a la primera, entonces ¿por qué no aceptarlo como parte natural del proceso?”

Para superar el síndrome del impostor es sumamente importante rodearse de seres queridos, fuera del espacio laboral, que logren recordarnos nuestra valía como personas y los éxitos que hemos alcanzado. También podemos enfrentar esta sensación ponderando, racionalmente, los aspectos negativos que nos atormentan sobre nuestra competencia laboral. Para eso, es útil escribir listas de las deficiencias que sentimos apremiantes en nuestro trabajo y dilucidar cuáles son críticas reales y cuáles son exigencias subjetivas irreales.

Es importante, de igual manera, compartir nuestras experiencias con otras personas que estén pasando por lo mismo o que ya hayan sentido las consecuencias del síndrome del impostor. Así lo explicó el Dr. José Antonio López:

“Es importante cambiar el marco de referencia del paciente. Se recomienda que el paciente se enfrente a sus dudas y miedos, poniendo énfasis especialmente en superar el miedo al fracaso. Tienen que reducir su tendencia a comparar sus logros con los logros de los demás. Su foco de comparación se tiene que basar en sus propios resultados y satisfacción personal en lugar de compararse constantemente con los otros.

Intentar comprender que nunca vamos a cumplir las expectativas de todos y que son las expectativas que tenemos nosotros de los otros, autoimpuestas, las que determinan el sufrimiento. En el caso en el que los síntomas de ansiedad y depresión sean muy incapacitantes, es mejor primero tratar estos síntomas para poder abordar mejor el síndrome del impostor”.