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SALUD

5 razones que prueban que ser soltero es mejor que estar casado

Las estadísticas pueden ser inquietantes, especialmente en países del Primer Mundo como Japón, Francia y Estados Unidos. En este último, viven 109 millones de adultos en la soledad, ya sea por divorcio, viudez, o porque nunca ha pasado por la experiencia del matrimonio.

Estamos hablando del 45% de la población estadounidense. En 1950, la misma estadística era del 22%. Y en México -con sus tradiciones católicas y conservadoras encima- no nos quedamos atrás.

De acuerdo a datos del INEGI del 2015, el 34% de la población mayor de los 12 años de edad es soltera (ver tabla en la parte inferior de esta nota). Más de la mitad de los mexicanos prefiere esperarse hasta cumplir arriba de los 25 años para casarse.

Por si fuera poco, las tendencias marcan que vamos a seguir los patrones de nuestro vecino del norte, donde se estima que 1 de cada 4 jóvenes de hoy nunca va a contraer matrimonio en lo absoluto.

Pero la vida de soltero no conlleva la amargura o la depresión que las generaciones pasadas siempre temieron. Al contrario, varios estudios científicos han demostrado que los solteros suelen llevar una vida tan saludable y edificante, o incluso hasta más, que la de una pareja casada.

En seguida hacemos un recuento de 5 puntos que demuestran que ser soltero tiene sus ventajas:

1. Son más abiertos a construir amistades con sus vecinos y a interactuar más con sus amigos y familiares. Según un estudio publicado en el Diario de Relaciones Sociales y Personales:

Los individuos solteros tienen más probabilidades de mantenerse en contacto con, ayudar y recibir ayuda de sus padres, hermanos, vecinos y amigos que los casados. Estas diferencias entre un soltero y un casado son más prominentes para los que nunca se han casado que para los casados anteriormente, lo que sugiere que el matrimonio extiende su alcance después de que termina. Ser soltero aumenta las conexiones sociales de las mujeres y los hombres.”

2. Están más dispuestos a involucrarse en la vida económica y social de su comunidad. También los vemos con más frecuencia como voluntarios en organizaciones sin fines de lucro, de acuerdo al libro del sociólogo Eric Klinenberg, Going Solo: The Extraordinary Rise and Surprising Appeal of Living Alone:

Aunque las convenciones nos han sugerido que vivir por sí mismo conduce a la soledad y el aislamiento, Klinenberg muestra que la mayoría de los habitantes solteros están profundamente involucrados en la vida social y cívica. De hecho, en comparación con sus homólogos casados, son más propensos a comer fuera y a hacer ejercicio, ir a clases de arte y música, asistir a eventos públicos y conferencias, y ser voluntario.”

3. Al contar con relaciones más diversas y menos íntimas que los compromisos entre marido y mujer que los separa de su entorno social, los solteros están más satisfechos con su vida emocional. De acuerdo a este estudio de psicología social:

Los individuos que diversificaron sus necesidades de regulación-emocional a través de múltiples relaciones especializadas (por ejemplo, tener relaciones distintas para alegrarnos frente a los que calman nuestra ansiedad) mostraron mayor bienestar que aquellos con números similares de relaciones cercanas, pero que concentraron sus necesidades de regulación-emocional sobre menos relaciones no tan especializadas.”

4. Suelen mostrar más confianza en sus propias opiniones al igual que mayor desarrollo personal. Tal nivel de autonomía es explicado por la Dra. Bella DePaulo, autora de How We Live Now: Redefining Home and Family in the 21st Century:

Contar con fuertes estándares internos y seguir experimentando crecimiento personal a lo largo de los años de adulto son dimensiones importantes de una vida. Son experiencias que aumentan con el tiempo si te quedas solo, más que si permaneces casado. Este estudio, sin embargo, no muestra que permanecer soltero sea la causa de experimentar más autonomía o crecimiento personal. Sólo establece un vínculo entre los dos.

5. Están más inclinados a valorar su trabajo, no por el sueldo o la estabilidad que ofrece, sino por los retos y los logros del trabajo mismo. Según un estudio del departamento de sociología de la Universidad Estatal de Washington:

Las esposas, pero no los maridos, llegaron a atribuir menos importancia a las recompensas extrínsecas, y tanto los esposos como las esposas atribuían menos importancia a las recompensas intrínsecas, en contraste a hombres y mujeres solteros. Los padres llegaron a dar mayor importancia a las recompensas extrínsecas que los hombres que no habían llegado a ser padres.