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SALUD

Posición del misionero: Estas son sus variantes

La posición del misionero tiene variantes sumamente placenteras. Te decimos cuáles son.

La posición del misionero es un clásico: es segura, es cómoda, es íntima, permite besar a la persona… Esta posición lo tiene todo, pero si sientes que necesitas darle un giro y ponerle un poquito de jiribilla, también tiene muchas variantes.

 

En la versión clásica del misionero, alguien se acuesta boca arriba y la pareja que penetra encima, de cara a la otra persona. Pero con un pequeño ajuste en la posición, se puede convertir en algo completamente nuevo. 

Por ejemplo, si la persona que recibe está suele tener las piernas planas en la cama, puede comenzar a variar subiendo las rodillas hacia el pecho y si esta persona tiene vulva, este pequeño cambio podría facilitar la estimulación del área del clítoris interno conocida como el punto G.

 

3 variantes para la posición del misionero

Hay varias formas de darle un giro al misionero, ya sea con variaciones de posición o con juegos de intimidad que pueden variar dependiendo de las preferencias personales, pero aquí te dejamos 3 variantes del misionero.

 

De pie

En esta variante misionera, la persona que penetra está parada justo en el borde de la cama para penetrar a su pareja. Esta es una posición excelente para la estimulación manual del clítoris y la persona que es penetrada puede usar un pequeño vibrador para hacerlo también.

 

Variaciones con las piernas

En esta variante, la persona que está acostada sobre la cama puede alzar sus piernas, ya sea doblada o rectas, pero también puede usarlas para rodear a su pareja; otra forma de usar las piernas es mantenerlas en posición de V y que la pareja las sostenga y mantenga abiertas para más estabilidad.

 

Mantener las piernas cerradas y apretadas también es una gran forma de darle un giro al misionero.

 

La técnica de alineación coital

En esta variante, la persona que está siendo penetrada se coloca una almohada debajo del trasero para que la pelvis quede inclinada hacia arriba, con el fin de que esto permita un contacto más directo con el clítoris y el área circundante. La persona que penetra se sube arriba y entra igual que en el misionero estándar, pero con una mayor facilidad de estimular el clítoris.