El comportamiento “extraño” de un posible satélite ruso generó alarma en Estados Unidos. Yleem Poblete (asistente secretaria del Departamento de Estado del gobierno de Donald Trump) declaró en una Conferencia sobre el Desarme realizada en Génova, Suiza, que desde hace varios años los Estados Unidos miran con preocupación las actividades de la Federación Rusa en relación con el desarrollo de armas anti-satélites. A pesar del compromiso expreso del gobierno de Vladimir Putin con prevenir el uso de armas en el espacio exterior, ha habido indicios -sostiene Poblete- de que sus intenciones reales son contrarias a lo que afirma.
[Hay] actividades recientes del Ministerio de Defensa ruso que parecen contrarias a las disposiciones de su propia versión del PPWT [tratado sobre la prevención del uso de armas en el espacio exterior firmado en 2008 frente a las Naciones Unidas], y al compromiso de Rusia a no ser el primero en colocar armas en el espacio exterior [..] Estas actividades recientes de satélites rusos subrayan falacias críticas en la lógica y el lenguaje del propuesto PPWT y despiertan preguntas sobre la transparencia de las operaciones y los programas espaciales de Rusia”, Yleem Poblete (vía página oficial del gobierno de EE. UU.).
Es la opinión del gobierno estadounidense que el tratado PPWT tiene marcados puntos débiles y que, por el momento, es imposible verificar cualquier acuerdo sobre control de armas espaciales. Por su parte, el gobierno ruso ha explicado que el satélite al que se refiere la representante del gobierno de Donald Trump cumple funciones de inspección de aparatos satelitales.
La queja puntual de Poblete frente el panel de la Organización de Naciones Unidas (ONU) fue que, debido a la incapacidad para verificar qué actividades realizan ciertos elementos en el espacio exterior (como el satélite aludido), se necesita implementar medidas más severas para el control de armas.
Ésta no es la primera vez que Estados Unidos y Rusia tienen controversias por el desarrollo armamentista en el espacio exterior. Se trata de una carrera espacial que comenzó en 1957, unos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, y concluyó a mediados de la década de 1970. La ONU analizó las primeras propuestas para controlar el uso militar del espacio, precisamente, en 1957. La intención de este organismo siempre ha sido impulsar un trato pacífico entre sus miembros, tanto dentro como fuera de la Tierra. Otro de sus objetivos históricos es defender la soberanía de los cuerpos celestes, que no pueden ser objeto de apropiación nacional.
