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SALUD

¿Por qué no existe todavía una vacuna contra el VIH?

¿Por qué se espera una vacuna contra el COVID-19 pero aún no hay para el VIH?

Fue apenas a finales de 2019 cuando surgieron las primeras noticias sobre el coronavirus y actualmente se espera el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus para finales de 2020 o 2021. En cambio, existen factores biológicos y hasta económicos detrás del hecho de que todavía no exista una vacuna contra el VIH, virus conocido desde la década de los ochenta del siglo XX. ¿Por qué? Un experto nos explica a continuación.

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“El sida ha cambiado el mundo. La infección por VIH ha sido la primera gran pandemia a la que se ha enfrentado la sociedad tecnológicamente avanzada, con una medicina moderna que permitió progresar rápidamente en el conocimiento de este nuevo virus, y el desarrollo de tratamientos”, pero al día de hoy, y a pesar de todos esos avances, no disponemos de vacuna frente al VIH.

Así comienza ¿Qué es el VIH? Historia, presente y futuro de una pandemia, un manual escrito por Eduardo López-Collazo, físico nuclear, inmunólogo y director del Instituto de Investigación Hospital Universitario La Paz (Idipaz), con el que pretende presentar esta infección y pandemia anterior a la presente de coronavirus.

El caso es que si revisamos la historia de la Ciencia, los grandes éxitos que hemos cosechado al enfrentarnos a las pandemias virales, estos han estado mediados por vacunas.

“El VIH es un virus que causa la infección por VIH, siendo el sida la última etapa en esta infección. A día de hoy, la infección por VIH es una enfermedad crónica, después de que en los años noventa se descubriera una ‘fórmula mágica’ de fármacos para combatirla, si bien aún no tiene cura, ni vacuna con la que combatir este virus”, explica en una entrevista con Infosalus el investigador.

De esta forma, actualmente los pacientes cuentan con una medicación que no les cura, pero sí les mantiene un estándar de vida que no les hace diferentes del resto de la población. Ahora bien, López-Collazo advierte de que determinados problemas pueden aparecer en el futuro, y en el caso de estos pacientes se habla del envejecimiento inmunológico precoz, como efecto secundario de la actual medicación. “Esto está en estudio y hoy por hoy se puede decir que es una enfermedad crónica no curable, pero con una calidad de vida bastante buena”, precisa.

En concreto, el inmunólogo señala que en los noventa se descubrió una fórmula compuesta por diversos fármacos antirretrovirales que ha salvado miles de vidas, un hallazgo que supuso “un antes y un después” para la enfermedad.

En el caso de la inexistente vacuna del VIH, el científico apunta a dos razones. En primer lugar, señala que no existe vacuna contra este virus porque muta mucho y además al replicarse comete muchos errores, lo que hace que se escape fácilmente la vacuna.

También apunta al hecho de que se hayan encontrado esos fármacos tan efectivos para salvar al paciente y tener una vida normal, lo que ha hecho que disminuya la inversión sobre la investigación en la vacuna. “Por eso se estudian los fármacos actuales y no tanto las vacunas. También hay un interés económico detrás porque el medicamento se toma toda la vida, mientras que la vacuna una vez”, agrega.

Según destaca, sí sería importante encontrar una vacuna contra esta enfermedad porque es una forma de erradicarla. “Mientras no la haya será difícil erradicarla. Sería esencial pero hay varias cosas en juego. Por una parte, la posibilidad científica hasta ahora, el hecho de que el virus muta mucho y no ha permitido una buena estrategia hasta ahora, y por otro, quizás, la falta de inversión privada para lograrlo”, remarca el especialista.

Eso sí, mantiene que “no todo ha sido un desastre” en esta investigación ya que por el camino se han probado más de un centenar de vacunas en seres humanos, siendo una de ellas la mejor lograda hasta la fecha, la prueba RV144, también conocida como “el estudio tailandés”.

“Según se ha informado, el éxito de esta vacuna experimental fue parcial pero digno de tener en cuenta, ya que los participantes tuvieron un 30% menos de posibilidades de contagiarse en los primeros meses después de ser vacunados, pero este porcentaje descendió al transcurrir tres años y medio de la vacunación”, asegura en el libro.

Otro estudio, a su juicio digno de mencionar, ha sido la llamada vacuna mosaico, cuyo nombre indica que está generada usando diferentes cepas del virus, un mosaico. “Los resultados la posicionan como la mejor en modelos animales y se ha demostrado cierta eficacia en pruebas específicas con mujeres en África. A pesar del optimismo mostrado con ella, otros rebajan las expectativas debido al conocido dinamismo del virus. El VIH es capaz de cambiar rápidamente, evitando todas las respuestas que nuestras defensas generan en su contra. Cada día me convenzo más de que la solución vendrá de la conjunción de varias disciplinas“, agrega.

Las diferencias entre el VIH y el coronavirus

Preguntado por las diferencias o similitudes entre el VIH y el SARS-CoV-2, el director del Idipaz remarca que son virus diferentes, aunque pertenecen a la misma familia de virus, los llamados retrovirus. “El VIH ataca al sistema inmunológico mientras que el otro al sistema respiratorio”, apostilla.

Es más, insiste en que el VIH es “extremadamente diferente al coronavirus”, ya que una vez que infecta a una célula puede aparecer la enfermedad que provoca, el sida, entre 8 y 10 años después de la infección. En cambio, dice que en el coronavirus prácticamente los síntomas los tienen rápidamente, en apenas días, y en el enfermo grave se muestran así rápidamente. “Por eso la evolución de los dos no se parece en nada”, resalta Eduardo López-Collazo.

A raíz de esta pandemia más o menos todos nos manejamos con los test que se emplean para detectar el COVID. En el caso del VIH, el investigador reseña que para tener un test serológico positivo se necesitan tres meses, el llamado periodo ventana, mientras que la PCR en el día se ve. “Estos virus son extremadamente diferentes y también la interacción con nuestro sistema de defensas”, agrega.

Sobre el estudio con el que hemos iniciado este reportaje, López-Collazo subraya que, de momento, todavía no está probado que las personas con VIH presenten cierta inmunidad frente al COVID por la razón que sea.

“Probablemente las personas con VIH tratadas tengan una predefensa ante la entrada de otro retrovirus. Se está haciendo un estudio en muchos hospitales donde se está mirando el impacto que ha tenido la COVID en personas seropositivas tratadas, pero aún no hay resultados sobre eso. También se ha tratado de ver qué antirretrovirales para el VIH pueden ser útiles en el COVID-19 con resultados no muy espectaculares. Por lo que ambas cosas están por ver si son efectivas o no”, sentencia.

Finalmente, el director del Idipaz se muestra optimista a la hora de encontrar pronto una futura vacuna contra el nuevo coronavirus dada la gran cantidad de proyectos de investigación que a lo largo del globo se están encargando de buscarla, unos 200, “y algunos con resultados prometedores como la vacuna de Oxford”. Ahora bien, dice que esta futura fórmula deberá verse si puede ser universal, o bien como la de la gripe, que es estacional y se va modificando cada año.

Vía Europa Press