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HISTORIA

¿Por qué la moneda mexicana se llama “peso”?

¿Por qué el peso mexicano se llama así? Los orígenes de este nombre se remontan a cientos de años atrás, tras la conquista española.

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En tiempos prehispánicos se usó el cacao o el polvo de cobre como moneda de cambio, pero tras la conquista española de las tierras que hoy llamamos México, la forma de cobros y pagos se hizo con moneda acuñada en Europa.

A esta se le conocía como Real de a ocho o Peso Duro, y contenía 27 gramos y medio de plata.

No fue sino hasta 1535 que los mexicanos coloniales comenzaron a resentir la falta de una moneda corriente que fuera de fácil acceso, pero que tuviera un valor de compra igual al del dinero acuñado en España, por lo que se decidió fundar la Real Casa de Moneda de México, la primera ceca, o lugar donde se acuña moneda, en América.

Moneda Real de a Ocho emitida en España para el comercio interno de las colonias españolas en América (Wikimedia Commons).

Antes de acuñar las primeras monedas coloniales, se usaron pedazos de plata, metal precioso abundante en partes de América, y la única manera que se tenía de definir su valor era pesándolos, por lo que un pedazo de plata bien pesado, pasó a llamarse “peso”.

“Un peso de plata para comprar algo”, poco a poco fue convirtiéndose en la norma monetaria del país.

Moneda de cobre acuñada por los independendistas en el siglo XIX (Wikimedia Commons).

Existe un libro publicado en 1852 por Juan Nepomuceno Almonte, hijo del prócer de la Patria José María Morelos y Pavón, llamado “Guía de Forasteros y repertorio de conocimientos útiles”, en los que detalla el origen del nombre “Peso” de la moneda nacional.

La Casa de Moneda de México es uno de los establecimientos que en todos tiempos (sic) han llamado la atención de los estrangeros (sic) y que ha sido célebre en todo el mundo, por la prodigiosa cantidad de metales preciosos que en ella se han acuñado. Hasta catorce años después de la conquista, es decir, hasta el año 1535 no se conoció en México, otra moneda, que la labrada en España; mas (sic) como la que venia no bastaba para el comercio en sus diferentes cambios, se valían de plata sin labrar, haciendo piezas pequeñas de un peso convenido, y de aquí viene el nombre de pesos que antes no se conocía en la moneda”.

Puedes encontrar este extracto en la página 161 del capítulo sobre la Real Casa de Moneda de México.

El libro está disponible en reproducción en este enlace.

Debido al alto valor de la plata mexicana, esta pronto comenzó a usarse en transacciones internacionales, siendo incluso el metal con el que se acuñaron los primeros dólares tras la independencia de Estados Unidos a finales del siglo XVIII.

En otras palabras, el valor de los primeros dólares en circular en las colonias liberadas del control británico, fue respaldado por plata minada en México.

Moneda Real de a Ocho emitida en España para el comercio interno de las colonias españolas en América (Wikimedia Commons).

Al respecto, el sociólogo Salvatore Bobanes, se refiere a un pasaje del libro de Juan José Morales y Peter Gordon “The Silver Way: China, Spanish America and the Birth of Globalization” (“El camino de la plata: China, América española y el nacimiento de la globalización”), dice:

Hubo una globalización antes de la globalización y América desempeñó un papel clave en ello, es decir, la América española. Mucho más antes de que el dólar fuera pintado de color verde esmeralda en Washington, fue pulido en plata mexicana”.

De esta manera, la moneda mexicana no solo pasó a llamarse Peso, sino que ayudó a engrasar los primeros giros de la rueda comercial del mundo.