Además de Brasil y la India, Argentina es otro país que ha sorprendido al resto del mundo por registrar un abrupto repunte de casos de coronavirus, subrayando el mensaje de que es muy pronto para cantar victoria y decir con confianza que la pandemia ha terminado.
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El país sudamericano reportó este lunes 22,651 nuevos casos de COVID-19, con lo que el número total de positivos ascendió a 3,562,135, mientras que los fallecimientos se elevaron a 74,480, tras ser notificadas 417 muertes en las últimas 24 horas.
Estas cifras, por supuesto, corresponden al fin de semana, y no se comparan con los casi 40 mil casos de covid que Argentina alcanzó el 19 de mayo, el máximo histórico en este país, o los 35 mil casos del día siguiente.
El porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva por todo tipo de patologías es del 73.9 por ciento a nivel nacional, pero del 76.2 por ciento si solo se considera Buenos Aires y su populosa periferia.
La administración de Alberto Fernández había endurecido las medidas sanitarias el 9 de abril, particularmente en la capital, pero los casos siguieron en aumento y experimentaron un fuerte crecimiento en el interior del país.
Argentina atraviesa ahora su peor momento desde que comenzó la pandemia, por el nivel de contagios, de fallecimientos y la tensión en el sistema de salud, por lo que el gobierno ordenó un confinamiento total de nueve días, a partir del 22 de mayo.
Factores que contribuyeron al repunte
La lentitud de la vacunación en Argentina ha sido un ingrediente clave frente al repunte de casos. Aunque se trata de un país de 45 millones de habitantes, apenas el 19.2 por ciento de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el covid, mientras que el 5.3 por ciento ya tiene esquema completo.
Uruguay y Chile, los vecinos más cercanos de Argentina, estuvieron muy cerca de padecer una crisis similar pero sus campañas agresivas de vacunación han logrado frenar en mayor medida una tendencia ascendente en los casos de covid. Paraguay y Bolivia, en cambio, siguen registrando ascensos preocupantes.
Ya que la mayor parte de vacunados han sido adultos mayores, las nuevas variantes del covid que circulan en el hemisferio sur han afectado sobre todo a la población joven. En Argentina se repite una historia similar a la de Brasil, donde los jóvenes relajaron las restricciones sanitarias y las mutaciones del SARS-CoV-2 se propagaron a gran velocidad.
“Lo que siento es que muchos no me escucharon, con toda franqueza, dijo el presidente Fernández en una entrevista con CNN. “Yo no soy un experto en la materia y no es que yo tenga información reservada que me permite conocer de antemano cosas que los argentinos no saben”.
“Europa vivió una segunda ola y una tercera ola muy terrible y eso inexorablemente nos iba a llegar a nosotros. Y entonces vengo planteando en la Argentina la necesidad de prepararnos para eso. […] Había advertido que eso nos venía y advertí que iba a ser inexorable evitarlo. Entonces lo que sí podíamos era minimizar los efectos. Después dicté medidas y pasó lo que pasó”.
El mandatario argentino señaló que varias jurisdicciones no respetaron las medidas recomendadas desde la Casa Rosada. “Y no me escucharon”, lamentó el señor Fernández.
Con información adicional de EFE.
