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ACCIDENTES

Pierde todos los dedos de su pie por infección contraída en spa de peces

Mujer pierde los dedos de su pie por infección contraída en spa de peces que debían comerse su tejido muerto.

Cuatro dedos del pie derecho de Victoria Curthoys, una australiana de 19 años que en 2010 acudió a un salón de belleza de Tailandia, tuvieron que ser amputados luego de que un tratamiento de pedicura con peces saliera mal, al infectar su tejido con una extraña bacteria.

El tratamiento, que consiste en dejar que unas diminutas carpas carnívoras se alimenten de la piel muerta de los pies humanos para “limpiarlos”, acabó con una tragedia.

Años de problemas

Luego de que el caso Curthoys saliera a relucir, se descubrió que, en realidad, el dedo gordo de su pie ya había sido amputado por una infección previa, contraída años antes, luego de haber pisado vidrios rotos.

Con las heridas de su amputación aún sin sanar del todo, la joven sumergió su pie derecho al agua del estanque del salón de belleza, misma que venía contaminada con una bacteria acuática conocida como Shewanella, que no afecta a los seres humanos más que en casos muy especiales, como el de Curthoys.

Al poco rato de haberse sometido al tratamiento con peces, la joven australiana comenzó a tener fiebres recurrentes y a sentir un dolor insoportable en su pie derecho que al principio, los médicos no lograron entender.

Tuvieron que pasar dos años antes de que un médico descubriera que la bacteria Shewanella había devorado la piel, el músculo, parte de los ligamentos e incluso del hueso de su pie derecho, por lo que para salvarlo se tuvieron que amputar los cuatro dedos restantes.

Desde entonces, la joven australiana usa las redes sociales para prevenir a otras personas de acudir a los salones de belleza que ofrecen pedicura con peces, ya que según ella, la menor herida abierta podría provocar una infección como la suya.

En su video más reciente, publicado el 13 de septiembre de este año, Victoria Curthoys, revela la apariencia de su pie derecho, a doce años de haber perdido todos sus dedos.