Una pareja de Virginia se llevó una extraña sorpresa cuando se dieron cuenta de la cosa que traía su perro en sus fauces. Era un oso recién nacido y estaba vivo.
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De acuerdo al Centro de Vida Silvestre de Virginia, ubicado en el condado de Washington, el 5 de febrero, una familia contactó a las autoridades locales sobre un osezno que su perro había encontrado.
Al día siguiente, un biólogo llegó a su casa para evaluar el estado de salud del pequeño animal, y luego lo llevó al centro para que pueda ser tratado por una ligera deshidratación.
Tras los primeros análisis, el oso pesaba apenas 540 gramos y se mostraba activo y alerta a lo que ocurría a su alrededor. Fue alimentado y luego fue puesto en una incubadora.
Medios locales reportaron que esta es la segunda cría que el Centro de Vida Silvestre recibe en semanas recientes. A finales de enero, un grupo de electricistas encontraron un osezno congelado entre unos arbustos. Los trabajadores pensaron que el cachorro estaba muerto, pero luego de calentarlo empezó a llorar.
El fin de semana pasado, los dos osos del centro fueron puestos en la misma incubadora y bajo el mismo régimen de alimentación. Después fueron separados a causa de la diferencia de tamaños.
El cachorro que fue encontrado por el perro ahora anda con una madre oso, y según las más recientes observaciones, fue bien recibido por su familia adoptiva.