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FAMILIA

Nalgada a tiempo, ¿remedio efectivo?: especialistas dicen que no

Pegarle a los niños que se portan mal es contraproducente, indicó un estudio que ha analizado la conducta de miles de hijos y padres.

El castigo físico a los hijos está penado por las leyes de algunos países, pero muchos padres consideran que este método es el más efectivo para evitar que se vuelvan adultos problemáticos.

Sin embargo, hay una gran cantidad de estudios que demuestran que los correctivos físicos no solo no ayudan a enseñarle a nuestros hijos buenos modales o “la forma adecuada de comportarse” en ciertas situaciones, sino que hacen niños o jóvenes mucho más rebeldes.

Los correctivos físicos no dejan que los niños o niñas crezcan a su ritmo y aprendan valiosas lecciones de vida, por lo que pegarle a un hijo o hija, puede evitar que desarrolle su autonomía y creatividad.

Además, indican especialistas como José Ramón Ubieto, de la Universidad Oberta de Cataluña, en España, la violencia física hace creer a los más pequeños que la violencia es un método efectivo para ser escuchado y obtener resultados.

Un niño golpeado se alineará con los intereses de sus padres, pero no por razones duraderas, sino por miedo.

Los expertos recomiendan no ignorar a los hijos cuando hacen un berrinche, ya que esto solo hará que no paren y que piensen que solo así obtendrán lo que desean.

Lo que se recomienda es hablar con los niños, reevaluar las relaciones que tienen con ellos y dialogar para hacerles entender que su opinión y necesidades importan, solo que no siempre serán satisfechas.

“Los golpes no son un recurso efectivo, son de otra época y no producen el efecto deseado,” indican los especialistas en educación infantil.

Los golpes incrementan las posibilidades de que un niño desarrolle problemas psicológicos y conductuales, así como la idea de que solo desafiando a los padres se podrá superarlos.

Los golpes tienen efectos secundarios importantes que podrían acompañar a los niños que los reciben durante el resto de su vida.

Muchas veces, los golpes físicos son recursos de los padres que, frustrados por ver que sus hijos no responden a las órdenes, deciden recurrir a la violencia para hacerse entender.

Esta nunca será la opción para criar a los niños y niñas.

Hay maneras de imponer límites, pero nunca se aprobará la violencia. Lo ideal es dialogar con los hijos e hijas para entender sus carencias y negociar con ellos.