Un tribunal de Bolonia (Italia) ha suspendido provisionalmente la patria potestad de unos padres que exigen que su hijo con problemas cardiacos reciba transfusiones de sangre de personas no vacunadas contra la COVID-19.
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El niño de 2 años de edad necesita someterse a una operación de corazón, pero la familia no quiere que reciba sangre de donantes vacunados contra la COVID-19 por motivos religiosos, según recoge la prensa italiana.
Los médicos opinan que esta petición no tiene base científica y, finalmente, el caso ha acabado tanto en las redes sociales como en los tribunales. La Fiscalía de Menores de Italia también ha estado involucrada.
Un juez de Módena ya se había posicionado a favor del centro médico que va a operar al niño, justificando su decisión con la necesidad de la intervención y con la seguridad de la sangre donada, recogieron medios locales.
El caso se conoció a raíz de unas conversaciones en grupos antivacunas de la aplicación Telegram que se hicieron públicos y donde los padres iniciaron una campaña para encontrar “voluntarios” no inmunizados dispuestos a donar su sangre.
El centro médico Sant’Orsola se opuso entonces a las donaciones de sangre, porque argumentan que tienen que seguir unos protocolos legales muy estrictos y precisos para garantizar la seguridad de quien la dona y de quien la recibe.
“La sangre se elige por criterios de compatibilidad, y no por caprichos. [Limitarse a] usar la sangre de las personas no vacunadas no tiene ninguna base científica porque con la transfusión no se transmite la vacuna”, ha dicho el director del Centro Nacional de Sangre, Vincenzo De Angelis.
Los padres solicitaron la asesoría jurídica de Ugo Bertaglia, un abogado que milita en el partido neofascista Forza Nuova, notorio por sus posturas antivacunas.
Con información de Europa Press.
