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FAMILIA

Niña de 12 años quiere ser maestra pero no tiene TV ni celular para estudiar

Adriana, una niña de 12 años, vio interrumpidos sus estudios y la posibilidad de alcanzar sus sueños debido a problemas económicos

Adriana, una niña de 12 años, tiene el sueño de ser maestra, pero las condiciones económicas de su familia representan un obstáculo para ella. Tras la reciente muerte de su padre, esta joven no cuenta con un sustento que le permita continuar sus estudios.

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La pandemia por COVID-19 ha tenido un gran impacto en todos los niveles sociales. Para los niños y adolescentes ha supuesto una transformación al alterar su forma de vida, haciéndolos tomar clases a distancia y lejos del colegio para prevenir un posible contagio.

Por desgracia, no todos los estudiantes cuentan con los medios necesarios para adaptarse a estos cambios y en esta posición se encuentra Adriana Vianey Hernández, una joven de 12 años que quiere convertirse en maestra, pero no tiene una televisión o teléfono celular mediante los cuales estudiar.

La menor es originaria de Tamaulipas y la más pequeña de cuatro hermanos. Luego de que el padre de Adriana muriera el 27 de julio de este año, estos se vieron obligados a dejar los estudios por falta de ingresos para la familia.

Adriana a las afueras de su casa. (Foto: Excelsior)

Con el regreso a clases a distancia, debido a la crisis sanitaria por COVID-19, Adriana no pudo reintegrarse a sus estudios, pues necesita herramientas básicas para esta transformación como una televisión o dispositivo con acceso a internet.

Ella estaba inscrita en la Escuela Secundaria Número 6, “Álvaro Obregón”, pero tras la contingencia tuvo que ver cómo las expectativas hacia su futuro se desvanecían.

“Quiero ser maestra, quiero enseñar a los niños y quiero ayudar a mi madre”

El mayor miedo de Adriana es que sus deseos de seguir estudiando se vean truncados y deba abandonar los estudios por falta de dinero. El salario de sus hermanos, quienes ganan pocos pesos como ayudantes de albañil y limpiadores solares, no siempre es suficiente para las necesidades de la familia, pues lo primordial para esta es tener que comer y no la escuela.

Familia de Adriana a las afueras de su casa. (Foto: Excelsior)

La madre de los menores, Marisela Márquez González, manifestó que la situación precaria de toda la familia le genera un gran temor, puesto que además de las carencias económicas, las duras condiciones climáticas como lluvias y huracanes ponen en riesgo su humilde patrimonio.

El único medio de acceso a la educación con que contaba Adriana era un teléfono celular que se descompuso a causa de las goteras en la casa, por lo que ahora la menor y su madre no saben qué sucederá con su futuro.

Por ahora la familia vive a las faldas de la Sierra Madre Oriental y busca día a día la forma de subsistir.

 

Con información de Excelsior