Veintisiete personas han muerto en las protestas que desde el miércoles pasado tienen lugar en Nicaragua debido a una reforma en la seguridad social del país centroamericano. De acuerdo con el reporte de distintas organizaciones de Derechos Humanos, las cifras se elevan por encima de lo dicho por el gobierno el viernes pasado, que precisan la muerte de solo diez personas.
Las protestas se han recrudecido y de acuerdo con la información más reciente, en Managua, la capital, el comercio está colapsado debido a los saqueos y a que miles de personas han acudido a establecimientos a comprar alimentos para hacerse de reservas. Las estanterías de la mayoría de los supermercados amanecieron vacías este lunes.
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El origen de los enfrentamientos fue un aumento a las tasas de las aportaciones a la seguridad social, una medida impulsada por el gobierno del presidente Daniel Ortega, del Frente Sandinista por la Liberación Nacional (FSLN). Los principales afectados son pensionados y estudiantes que salieron a las calles como protesta, por lo que la Policía Nacional fue desplegada para proteger los edificios gubernamentales.
A nivel internacional, distintas voces han condenado el uso de la fuerza excesiva por parte de las autoridades y al momento no existe un conteo oficial del número de muertos que dejaron las protestas. Esta mañana, el presidente Ortega canceló el aumento a las tasas que había propuesto.
Manifestantes en Managua, la capital de Nicaragua. (AP)
La reforma por decreto reducía las pensiones un 5% y aumentaba las contribuciones de empresas y trabajadores para rescatar al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). De esta forma el gobierno pretendía la recaudación de unos 250 millones de dólares para salvar a la institución.
Entre los fallecidos se encuentra el periodista nicaragüense Ángel Ganoa que murió la noche del 21 de abril de un disparo. Los hechos ocurrieron en la ciudad de Bluefields, en la Región Autónoma Caribe Sur (RACS), mientras transmitía las protestas en contra del gobierno de Ortega.
También, se reportó la muerte de una agente de policía en un centro asistencial, que recibió un disparo en la cabeza durante los enfrentamientos que tuvieron lugar en Managua. Varios soldados del Ejército fueron desplegados en varias ciudades tras noches de enfrentamientos y vandalismo, que se han recrudecido en los últimos días.
Por su parte, este domingo el presidente Ortega inició la revocación a las reformas a la seguridad social. El mandatario reconoció que sus propuestas no tuvieron “viabilidad” y crearon una “situación dramática”, por lo que decidió dar marcha atrás a la implementación.
El domingo, Ortega compareció a través de los medios por segunda vez. El sábado pasado dijo que su único interlocutor para darle salida a la crisis era la iniciativa privada con la que está dispuesto a dialogar, pero los empresarios rechazaron la propuesta y exigieron el fin de la represión en las calles. En el discurso que pronunció, el presidente no se refirió a la violencia desatada desde su gobierno en contra de manifestantes, ni a las decenas de muertos y heridos.
Un manifestante participa en una protesta (Reuters).
Posteriormente, Ortega propuso un nuevo diálogo en el que invitó a empresarios y al cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, para “anunciar una resolución que asegure el fortalecimiento de la Seguridad Social a largo plazo”, con lo que se espera baje la tensión en las calles.
Pero las manifestaciones no dan tregua, pese a la represión por parte de las fuerzas antidisturbios. “Me manifiesto porque quiero una Nicaragua sin dictadura. No es justo que nuestro país siga sufriendo por un gobierno que reprime, que no respeta los derechos de las personas”, dijo Erik Rocha, un joven manifestante en Managua.
Aquí no hay diálogo como lo pidió el presidente, es una estrategia para seguir burlándose del pueblo”, expresó el joven.
El clero ha tomado su posición a favor de manifestantes, al exigir al presidente Ortega que ponga fin a la violencia oficial. Recientemente, el papa Francisco condenó los hechos. Luis Herrera, rector de la catedral metropolitana de Managua, dijo durante la misa de este domingo “el papa Francisco se ha expresado muy de mañana preocupado por la situación del pueblo de Nicaragua y nosotros nos unimos al Papa en esa preocupación… aunque muchos quieran sembrar el odio y la represión, no estamos solos.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua (Foto: AP)
Por su parte, Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua denunció a medios internacionales que la policía antidisturbios le disparó a dos mil jóvenes que protestaban en el atrio de la parroquia de Santiago en Jinotepe, a 32 kilómetros de Managua.
Después de la tregua de este domingo, la gente sigue reunida en distintos puntos de Managua. También, volvieron a ocurrir manifestaciones en otras ciudades del país. Las protestas más grandes se han producido en los “bastiones sandinistas” que históricamente han apoyado al Frente Sandinista por la Liberación Nacional y a Daniel Ortega. Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos condenó “la violencia y uso excesivo de la fuerza” policial en las protestas.
Este pueblo lucha por la justicia. Esto comenzó como una marcha pacífica y ahora reprimen a la gente. El presidente es cínico, no tiene conciencia. Yo viví la revolución sandinista y aposté por ellos. Por eso me causa indignación y rabia. Es lo más injusto que se le puede hacer a este pueblo”, dijo una religiosa que estuvo presente en las manifestaciones”.
“Esta resolución, que estoy dando a conocer en estos momentos y que acaba de aprobar el Consejo Directivo de la Seguridad Social, lo que está haciendo es revocando, o sea cancelando, poniendo ya a un lado, la resolución anterior del 16 de abril del año 2018, que fue la resolución que sirvió como detonante para que se iniciara toda esa situación de protesta,” aseguró Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.
