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ARTE Y CULTURA

Descendientes de Moctezuma merecen reconocimiento, dice historiador

A pesar de ya no contar con el apellido “Moctezuma”, los descendientes del último tlatoani azteca, deberían ser reconocidos, indica el historiador Alejandro González Acosta.

Según el estudioso en temas históricos de México, aquellos que aún conservan un lazo sanguíneo comprobado con el emperador que recibió a los españoles durante el siglo XVI, son “genéticamente parte de la historia nacional”.

González Acosta propone que las autoridades mexicanas reconozcan oficialmente a los  casi 300 miembros con lazos documentados con Moctezuma II, de los cuales alrededor de 200 viven repartidos en México, Argentina, Estados Unidos y España.

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Moctezuma Xocoyotzin fue el tlatoani de Tenochtitlán cuando Hernán Cortés y sus hombres llegaron a la actual Ciudad de México, poco antes de que la conquista española culminara allí mismo.

Este gobernante es considerado el último mandatario azteca con poder efectivo sobre su pueblo y de sus 19 hijos, solo dos, Pedro (o Tlacahuepantzin Yohualicahuacatzin) e Isabel Tecuichpo Ixcaxochitzin Moctezuma, fueron reconocidos oficialmente.

De Isabel provienen cerca de 200 descendientes, indica González Acosta, que lleva años estudiando la descendencia de la primera hija del gobernante.

“Llevar hoy el apellido Moctezuma no significa necesariamente ser descendiente del monarca azteca, a menos que se tenga la documentación correspondiente, debidamente examinada y comprobada,” indicó el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

A pesar de ser descendientes del emperador azteca, ninguno de los miembros de las dos ramas principales de la familia conserva el apellido “Moctezuma”.

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Son los apellidos Ruiz Henríquez de Luna, Sierra Horcasitas y Andrade, los reconocidos por la secretaría de Hacienda (SAT) y de Relaciones Exteriores (SRE) como descendientes acreditados del tlatoani que murió en 1520.

Sin embargo, las familias Acosta, de México y Miravalle, de España, que descienden de Isabel, llegaron a cobrar desde 1550 lo que se conoce como “pensiones de Moctezuma”, que fue una especie de renta vitalicia derivada de la construcción de edificios en terrenos que solían pertenecerle al emperador Moctezuma en el actual Centro Histórico de la Ciudad de México.

La última vez que se tuvo registro sobre este pago a los descendientes de Isabel, fue en 1934 y desde entonces, solo unos pocos, como Guillermo Acosta, descendiente en decimocuarta generación de Moctezuma Xocoyotzin, lo han intentado reclamar.

Según cálculos de Salvador García, investigador de la Casa de Moneda de México, esta pensión equivaldría ahora a poco más de 90 mil dólares.