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ARTE Y CULTURA

El mito del Escudo Nacional no es azteca

A todo niño de escuela primaria le es enseñada la narración detrás del Escudo Nacional; El águila que, al devorar una serpiente en la cima de un nopal, señaló el lugar donde los antiguos Mexicas construyeron Tenochtitlán, la cuna y capital de su imperio.

Representación del águila y la serpiente del Museo de Antropología en Xalapa (Foto: Museo de Antropología en Xalapa )

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Sin embargo hay estudios que indican que este símbolo no es exclusivo del pueblo mexica/azteca, varias culturas del Golfo de México, más antiguas, representaron la iconografía del águila y la serpiente antes de que la civilización creadora de la Piedra del Sol llegara al Valle de México.

La imagen del Escudo Nacional ha sido representada a lo largo de todo el territorio mexicano (Foto: Wikipedia)

 

La representación original

María Ordoñez Valenzuela, directora del Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz, constató que en ese recinto se encuentra la representación del águila luchando contra la serpiente más antigua hasta la fecha, una estatuilla de 35 cm de altura esculpida en basalto. Sin embargo, en esta escultura, conocida como “La Palma del Águila“, no se colocó a los animales encima de una nopalera. La pieza fue creada por los Totonacas, una civilización del centro de Veracruz que habitó la zona entre el 600 y el 900 d.C. tres siglos a antes de los Aztecas.

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Los Mexicas pudieron haber tenido contacto con esta representación y efigies similares durante el tiempo en que su imperio controló gran parte de lo que ahora es territorio veracruzano.

En la crónica del Fray Diego de Durán se mostró a un águila devorando a un ave más pequeña (Imágen: Código Durán)

“Es una pieza que procede de la cuenca del Río  Nautla, un instrumento ritual que no era utilizado de forma cotidiana, pero su imagen sí fue reproducida en las palmas que los jugadores del juego de pelota llevaban en la cintura”; dijo Ordoñez Valenzuela en entrevista con Milenio.

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La representación de ambos animales es parte de la cosmogonía de varios pueblos mexicanos y tenía un profundo valor:

“El águila evoca a cielo y el sol mientras que la serpiente representaba a la tierra”

El águila y la serpiente forman parte de la cosmogonía de muchas culturas prehispánicas de la región (Foto: Museo de Antropología en Xalapa )

La tradición mítica oficial relata que los mexicas salieron de un lugar conocido como Aztlán, una isla en donde vivieron hasta que su deidad mayor, el dios Huitzilopochtli, les ordenó fundar una nueva sede en honor suyo donde tendrían que establecerse. La locación de dicha metrópoli les sería señalada por un águila posada en un nopal devorando a una serpiente, misma que avistaron, según el Códice Mendoza, el 13 de marzo de 1325 y sirvió como piedra fundacional de la urbe que sería alzada sobre las aguas del Lago de Texcoco.

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Este “mito” creó sentidos de unidad y propósito en una sociedad nueva en una zona nueva. La civilización mexica consiguió abrirse pasó y escribir su propia historia a la que insertaron elementos religiosos y políticos en medio de los datos fidedignos haciendo difícil la separación de los hechos históricos más plausibles.

Algunos historiadores incluso han atribuido valores representativos a cada uno los elementos del escudo  que, más que una imagen fotográfica de la visión prometida a los mexicas, representaba lo que su pueblo había tenido que enfrentar para conformarse como uno de los pueblos más grandes de América.

El escudo nacional fue elegido en 1823 (Imagen: Pinterest)

El tunal haría entonces referencia a las penurias que vivieron los mexicas cuando fueron relegados por los gobernantes del señorío de Culhuacán a habitar la zona de Tizapán, actualmente el Pedregal de San Ángel que estaba cubierto de piedra volcánica lo que hacía imposible la siembra de plantas útiles. La serpiente, por otro lado, representaba la fauna hallada en la zona, alimañas, alacranes y áspides de los que el pueblo tuvo que sacar provecho para evitar morir de hambre. Por último, el águila, el ave capaz de volar más cercana al sol, representaría  el espíritu de supervivencia y adaptabilidad que les permitió situarse como una de las civilizaciones dominantes de la zona en muy poco tiempo.

 

Con información de: Milenio