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Multan a dueños porque sus gallos despertaban a los vecinos con sus cacareos

Los dueños de unos gallos y unas gallinas fueron multados con cerca de 20 mil pesos porque sus animales de granja cacareaban en la madrugada.

Vivir en un medio rural tiene sus ventajas, pues no solo es sinónimo de alejarse del bullicio y la contaminación de las grandes ciudades, sino que también nos ayuda a formar una comunidad.

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A pesar de estas ventajas, las comunidades rurales también tienen sus desventajas, pues se corre el riesgo de que los gallos de los vecinos te despierten en la madrugada con sus cacareos.

Así le sucedió a los habitantes de una finca en la localidad de Arcos, en Portugal, quienes todas las madrugadas eran despertados con los cacareos de los gallos de su vecino.

De acuerdo a informes de medios internacionales, la pesadilla de la familia comenzó en el 2012 cuando su vecino decidió instalar un gallinero junto a la pared de su finca, por lo que no solo se quejaron de los ruidos de las aves de corral, sino que también de los olores que se desprendían de la pequeña granja.

Cansados de ser despertados entre las 3 y las 5 de la madrugada,  los vecinos quejosos recurrieron a las autoridades, ante las que argumentaron que los gallos no les permitían tener un sueño reparador, adecuado y razonable.

Por esa razón y tras analizar el caso, el Tribunal Supremo de Justicia de Portugal decidió imponer una multa a los dueños del gallinero.

Si es cierto que la convivencia en los medios rurales impone que las relaciones de vecindad sea de tolerar los ruidos provocados por los animales domésticos legítimamente criados en las fincas de las residencias, tales como gallinas y gallos, y soportar algunas contrariedades e incomodidades, cierto es también que esa tolerancia y limitación deberá apenas ocurrir en la medida adecuada y proporcionada a satisfacción de los intereses tutelados por el derecho dominante, para que todos puedan continuar viviendo en sociedad en el ambiente rural que escogieron”, explica el Tribunal Supremo de Justicia de Portugal.

Tras su fallo, el Tribunal ordenó a los dueños de los gallos pagar una multa de mil euros (21 mil pesos) a los afectados, además de que deberán retirar el gallinero del lugar.

Con información de El País

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