En Hawai, una mujer que nació con genitales masculinos y femeninos busca recuperar su útero que le fue removido al nacer. Según su testimonio, los médicos decidieron que fuera hombre y le quitaron así la oportunidad de decidir.
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Luna Animisha, de ahora 24 años de edad, afirmó que después de que ‘le cosieran la vagina’ y le extirparan el útero, en un procedimiento que determina como bárbaro, su sexo fue determinado sin su consentimiento.
Esto ocurrió antes de que tuviera la edad suficiente para tomar su propia decisión, lo que derivó en problemas de identidad porque “siempre se sintió más femenina que masculina”.
Además de adoptar los pronombres correspondientes al género femenino, Animisha busca recaudar 150 mil dólares para someterse a una cirugía reconstructiva y a un trasplante de útero.
Aunque este procedimiento está en los primeros pasos y los ensayos clínicos se mantienen en curso, en 2019 una mujer de Cleveland participó en una investigación efectiva de la que una persona pudo dar a luz después de recibir un trasplante de este tipo.
Tras la reconstrucción, Animisha espera que de esta forma pueda “recuperar el tiempo perdido” y superar los traumas que le generó el que le retiraran el útero sin consentimiento.
“Sólo supe a los 14 años que nací intersexual, pero incluso antes de eso sabía que quería presentar una forma diferente a la que mis padres me criaron. No estoy seguro de si fue decisión de mis padres o de los médicos, pero me asignaron un hombre al nacer y me sacaron el útero y me cosieron la vagina…
“Creo que es absolutamente bárbaro: los bebés nunca pueden dar su consentimiento. A los niños intersexuales se los trata igual que a los perros y gatos a los que simplemente se les extraen los órganos y es realmente traumático para nosotros”, narró.
En la actualidad, Luna toma estrógeno y progesterona como parte de una terapia de reemplazo hormonal. Está en conversaciones con un cirujano para realizar su cirugía reconstructiva vaginal y estudia las opciones de trasplante de útero cultivado en laboratorio.
Con este, el útero crecería a partir del propio tejido de la vulva de Luna y podría acercarse a ser biológicamente lo más parecido a su útero original.
