Una mujer de 25 años pudo enviar un mensaje de texto a su madre antes de ser víctima del accidente cerebrovascular que acabaría con su vida. En dicho mensaje, la joven pidió a su madre que volviera a casa lo antes posible porque no se sentía bien.
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Corale Radosavljevic compartió los mensajes de texto que le había enviado su hija, Niamh, pocas horas antes de morir en un hospital de Stockton, Reino Unido.
“La llamé y su voz sonaba muy entrecortada, así que pedí que alguien cubriera mi turno en el trabajo y llamé al 999 de inmediato”, dijo la señora Radosavljevic a un medio local. “Se cayó y se golpeó la cabeza contra el suelo del baño”.
La mujer le dio el número de su hija a la operadora del servicio de emergencias para ponerse en contacto con ella. Corale llegó minutos antes que los paramédicos, aunque ya no pudo acompañarla en la ambulancia a causa de las restricciones sanitarias por la pandemia.
Horas después, un doctor se puso en contacto con Corale para avisarle que el estado de su hija era muy delicado. La joven recibió sedantes para maximizar las probabilidades de recuperación.
En los días posteriores, la condición de Niamh nunca mostró señales alentadoras. Tuvo que ser sometida a varios análisis hasta que un especialista por fin pudo diagnosticarla. Niamh había sufrido una hemorragia provocada por una lesión arterial a la altura del cuello.
“No sabemos cuándo ni cómo, sin embargo esto desencadenó una compensación excesiva en su sistema circulatorio para acumular una gran trombosis en la parte posterior de su cerebro”, dijo Carole.
La joven recibió tratamiento y se tenía contemplado un traslado a otro hospital, pero el daño era demasiado grave. Niamh fue declarada con muerte cerebral el 10 de septiembre, pero la mantuvieron conectada a un ventilador hasta que se pudiera realizar la cirugía para poder donar sus órganos.
“Dijimos que sí [a la extracción de órganos] porque tenía tanta generosidad de espíritu y le hubiera gustado empoderar a otras personas para mejorar su calidad de vida”, dijo Carole.
