Alessia Pifferi salió de su hogar durante seis días para visitar a su pareja, pero dejó a su hija Diana de 18 meses sola en casa. Cuando regresó a su domicilio, ubicado en Via Parea, Milán, encontró a la menor sin vida.
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Pifferi recibió una sentencia por homicidio involuntario agravado con premeditación, ya que cuando la interrogaron sobre si sabía el riesgo que pasaba su bebé al quedarse sola en casa, declaró que era algo que “podía suceder”.
El cuerpo de Diana fue hallado en una cama adaptada para camping. A su lado había una botella de alcohol y una de benzodiacepinas a medio llenar. Las autoridades no informaron su procedencia.
Fuera del juzgado, vecinos colgaron globos blancos y prendieron veladoras en memoria de la bebé. Desde el balcón del departamento de Alessia, algunos expusieron la ropa de la niña y pintaron su nombre en cartulinas.
Una de las vecinas, detalló para el medio local Corrierre della Sera que Diana:
“No era una niña vivaz: siempre fue muy callada. Se la podía ver de vez en cuando en el cochecito, por ahí junto a su madre, pero siempre tranquila, costaba hasta hacerla sonreír”.
