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CRIMEN Y SEGURIDAD

Miriam Rodríguez, la mujer que persiguió a los asesinos de su hija hasta atraparlos

Miriam Rodríguez se tiñó el pelo, usó disfraces e identidades falsas para capturar a los secuestradores y asesinos de su hija

Miriam Rodríguez sufrió lo que miles de madres mexicanas han padecido: la desaparición y asesinato de una de sus hijas. Después de varios intentos por recuperarla, en los que pagó rescates que nunca se completaron, una mañana Miriam aceptó que Karen no regresaría y decidió hacer justicia por su propia mano: salió a cazar y capturar a quienes se habían llevado a su pequeña, así lo reveló el New York Times.

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En el reportaje titulado “Acechó a los asesinos de su hija por todo México, uno a uno”, el periodista Azam Ahmed cuenta la historia de Rodríguez y toda la travesía que emprendió para cazar y capturar a todos los responsables de la desaparición de su hija, Karen.

Para conseguir su objetivo, desde 2014 Rodríguez “se cortó el pelo, se lo pintó, se hizo pasar por encuestadora, trabajadora de salud y funcionaria electoral”. A través de estas coartadas Miriam logró obtener nombres, direcciones, estudió los hábitos e incluso entabló relaciones con personas cercanas a los culpables.

Así, poco a poco, la madre de Karen (secuestrada y asesinada a los 20 años) rastreó a cada uno de los responsables y logró capturar a 10 de ellos, casi todos. Sin embargo, pocos pueden desafiar de esa forma al crimen organizado sin sufrir consecuencias.

Consciente del riesgo que representaba lo que estaba haciendo, Miriam pidió algún tipo protección al gobierno, pero el 10 de mayo de 2017, el Día de las Madres, Rodríguez fue asesinada a las afueras de su casa. Su esposo la encontró con la mano en la bolsa, junto a la pistola que cargó todo el tiempo mientras capturaba a los responsables de la desaparición de su hija.

Durante su peligrosa tarea, Miriam se dio un tiempo para fundar un colectivo de familias que también perdieron a sus seres queridos, del cual quedó como responsable su hijo Luis tras su asesinato. Este movimiento terminó por caer.

La caza que emprendió Miriam Rodríguez fue tan reconocida en su municipio -San Fernando, Tamaulipas- que tras su homicidio la localidad colocó una placa de bronce en su honor.

Con información del New York Times