Un joven migrante, posiblemente menor de edad, intenta mantenerse a flote sobre unas botellas de plástico para llegar nadando a las costas de Ceuta, una ciudad española ubicada en el continente africano.
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La fuerte imagen fue captada por el fotógrafo Jon Nazca y difundida por la agencia Reuters, uno de varios momentos impactantes que se han registrado esta semana a raíz de un conflicto diplomático entre España y Marruecos.
El joven migrante pudo llegar a la playa pero fue detenido al poco tiempo por elementos del ejército español.
En los últimos días, más de 8 mil migrantes africanos intentaron cruzar de manera irregular a España a través de la frontera terrestre que está en Ceuta, uno de dos enclaves que España mantiene en Marruecos (la otra es la ciudad autónoma de Melilla).
Una crisis sorpresa
El ministerio del Interior español informa que cerca de dos tercios de los aproximadamente 8 mil inmigrantes que llegaron al enclave han sido expulsados. Muchos de los que fueron devueltos a territorio marroquí dijeron que estaban decididos a dirigirse de nuevo a Ceuta aunque la policía marroquí ha regresado a sus puestos de vigilancia. Otros se metieron en el agua y empezaron a nadar.
El miércoles, soldados españoles y policías escoltaron a numerosas personas directamente de vuelta a Marruecos, mientras la policía marroquí alejaba a cientos de jóvenes de la valla fronteriza. “Nos dieron zumo y un pastel, eso es todo”, comentó un migrante, que se identificó como Mohamed.
“Los afortunados son los que tienen a sus familiares para que los acojan en Ceuta”, añadió, desde la ciudad fronteriza marroquí de Fnideq, donde los retornados se estaban reuniendo pero dijeron no estar recibiendo ninguna ayuda.
El alcalde-presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, acusó al gobierno de Marruecos de no patrullar inicialmente su lado de la frontera de forma adecuada, posiblemente en represalia por la admisión por parte de España de un líder disidente del Sáhara Occidental para recibir tratamiento hospitalario.
El miércoles, el secretario de Estado de Derechos Humanos de Marruecos, El Mustapha Ramid, sugirió que Rabat tenía derecho a relajar los controles fronterizos por la hospitalización del líder del Polisario, Brahim Ghali.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no hizo esa conexión, calificando al país norteafricano de amigo de España, mientras que el Ministerio del Interior español alabó la cooperación de Marruecos en las readmisiones de inmigrantes.
Con información adicional de Reuters.
