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POLíTICA

Integrante del Estado Islámico, que dejó morir de sed a una niña, se desmaya tras ser condenado a cadena perpetua

Taha al Jumailly enfrentaba cargos por genocidio, tráfico de personas y asesinato

En Alemania, fue condenado a cadena perpetua un miembro del Estado Islámico acusado de haber dejado morir a una niña. Según testigos, el exmilitante se desmayó tras escuchar la sentencia. Se trata de la primera sentencia sobre el genocidio al que fue sometido el pueblo yazidí durante la ocupación del Estado Islámico en Irak.

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En Fráncfort fue condenado a cadena perpetua un exintegrante de la organización terrorista Estado Islámico. Taha al Jumailly enfrentaba cargos por genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, tráfico de personas y asesinato.

El hombre de 29 años, de nacionalidad iraquí, fue encontrado culpable de haber dejado morir de sed a una niña yazidí de cinco años. La niña fue esclavizada junto con su madre en Irak. En este sentido, es la primera condena emitida en el mundo por el genocidio sufrido por la comunidad yazidí.

Se le acusó por genocidio y trata. (Fuente: EFE)

“Por primera vez un tribunal confirma a nivel mundial que los actos del EI contra la comunidad religiosa yazidí son genocidio”, explicó Meike Olszak, experta en derecho internacional de Amnistía Internacional.

Los hechos ocurrieron en 2015 en la ciudad de Faluya, ubicada a las orillas del río Éufrates, a 70 kilómetros de Bagdad. Taha al Jumailly habría participado en la ocupación que ejerció el Estado Islámico en aquella ciudad, en compañía de su esposa Jennifer, de nacionalidad alemana.

Jumailly habría esclavizado a una niña de cinco años y a su madre. La pequeña murió de sed después de que el acusado la hubiera atado bajo el sol “como castigo”.

El exmilitante se desmayó al oír la sentencia. (Fuente: EFE)

Nora T., madre de la pequeña Rania, participó como testigo en el juicio contra Jumailly. Según determinó la Audiencia de Fráncfort, el acusado no solo sometió a la esclavitud a la madre y a la menor, sino que además estos actos estuvieron en consonancia con los objetivos del Estado Islámico de exterminar a la minoría religiosa a la que pertenecían.

Por ello fue sentenciado a cadena perpetua y a pagar una indemnización de 50 mil euros a la madre de la niña. La suma equivaldría a más de un millón con 200 mil pesos. Cuando escuchó la sentencia, el acusado se desmayó brevemente al interior de la sala.

Su esposa Jennifer fue sentenciada en octubre a diez años de prisión. Fue encontrada culpable de no haber ayudado a Rania.

Con información de EFE