El masoquismo es un trastorno psicosexual en el que la liberación erótica se logra mediante el dolor que se inflige a uno mismo. Este término deriva del nombre del caballero Leopold von Sacher-Masoch, un autor austríaco que escribió extensamente sobre la satisfacción que obtuvo al ser golpeado y subyugado.
Es raro que se practique solo el masoquismo, pues comúnmente la asociación del dolor con el placer sexual toma la forma tanto de masoquismo como de sadismo, es decir, la obtención de placer sexual al infligir dolor a los demás. Así, por lo general un individuo que disfruta del masoquismo alternará roles para excitarse a través de la experiencia del dolor, pero también al infligir dolor en otro.
Aunque puede sonar sórdido, la estadística de un estudio ha revelado que las fantasías relacionadas con BDSM (esclavitud y disciplina, dominio y sumisión, sadoquismo y masoquismo) son comunes tanto en hombres como en mujeres, con 40 a 70 por ciento de la población participando en fantasías sobre los actos, mientras que alrededor del 20 por ciento informó participar en BDSM.
¿Cuáles son las ventajas del masoquismo?
Si bien el BDSM puede tener ventajas para tu sexualidad, este implica mucho más que sólo el masoquismo, pues es un acrónimo que incluye esclavitud, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo, por lo que el BDSM incluye una gama amplia de actividades: desde azotes ligeros con paletas y juegos de roles dominantes/sumisos, hasta fiestas de bondage y juegos de dolor.
Por otra parte, análisis señalan que el sexo pervertido, es decir, aquel que incluya algunas de las varias prácticas del BDSM, podría ayudarte a sentirte mejor y a ser más saludable mentalmente. Por ejemplo, un estudio de 2013 encontró que los practicantes dominantes y sumisos de BDSM eran menos neuróticos, más extrovertidos, más abiertos a nuevas experiencias, más concienzudo y menos sensibles al rechazo.
