Se define como una diputada postmoderna y activista trans; como la bruja a la que no han podido quemar. Es trabajadora sexual y una de las dos primeras legisladoras transexuales del Congreso mexicano. Como activa usuaria de redes sociales, María Clemente García Moreno encendió una polémica por un video íntimo y explícito que subió a su cuenta de Twitter.
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En entrevista con N+, la diputada morenista reconoció que utiliza la misma cuenta de Twitter para subir contenidos referentes a su labor como legisladora y a su oficio como servidora sexual: “Soy puta y legisladora federal”.
Advirtió que seguirá subiendo cualquier contenido que le vaya a generar dividendos y ganancias, porque ese es su oficio y está orgullosa de ejercerlo: “Mi cuerpo no le pertenece al pueblo de México; cualquiera del pueblo que quiera que le pertenezca tiene que pagar mil 500 pesos la hora y media de mi servicio”.
“Mi cuerpo no le pertenece a nadie ni al presidente de la República: Que saquen las Biblias del Congreso, de Palacio Nacional y de todos los edificios de Gobierno. Yo vine a decir que nadie va a gobernar con la Biblia, desde el presidente Andrés Manuel López Obrador; la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; hasta los legisladores federales, senadores y diputados. El Estado mexicano es laico. Yo soy católica pero las culpas las pago en mi Iglesia”.
Afirmó que no dejará su oficio como servidora sexual por haber llegado a la Cámara de Diputados, de la misma manera que la mayoría de los diputados mantienen sus profesiones alternas, empresas o despachos.
Sobre las advertencias de que sus publicaciones en redes sociales serán analizadas a la luz del Código de Ética, respondió: “No tengo ninguna notificación oficial y, por lo tanto, no me doy por enterada”. Dijo que su equipo de abogados y de abogadas feministas están listos para defenderla.
“Mi cuenta ni siquiera está verificada, con mucho gusto si la Cámara me ordena tener cuenta exclusiva, abro una nueva para mi labor legislativa, pero esta cuenta la tengo de muchos años atrás. Tengo seguidores que me siguen solamente por mi trabajo sexual, no por mi labor legislativa”.
La activista se definió a sí misma como la única legisladora trans que se dedica al trabajo sexual, que vive con VIH y consume abiertamente cannabis: “No soy solamente una persona trans, tengo muchas más causas y muchas más de qué hablar que de mi identidad de género”.
María Clemente García anunció que presentará una iniciativa con proyecto de decreto para reconocer los derechos del trabajo sexual, incluido el derecho a la salud de este gremio que, aseguró, aún no está garantizado en México.
La legisladora confirmó su decisión de mantenerse en Morena porque, dijo, ella participó en ese proyecto desde el principio, a diferencia de otros diputados que vienen de otros partidos. “Yo, ¿por qué voy a renunciar? Que renuncien ellos”. afirmó.