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ARTE Y CULTURA

Conoce los misterios alrededor del penacho de Moctezuma

¿Cómo llegó a Europa? ¿Realmente era un penacho? Estos son algunos de los misterios que acompañan a la pieza histórica

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha revivido un viejo sueño de gobiernos anteriores: traer a México el penacho de Moctezuma, que se exhibe en Austria. El regreso casi imposible de este objeto es solo uno de los asombrosos detalles que rodean su historia.

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Beatriz Gutiérrez Müller aprovechó su visita diplomática a Europa para solicitar el préstamo de este objeto histórico. Sin embargo, expertos aseguran que sería casi imposible que el penacho regrese a México, dada su fragilidad. Austria ha rechazado la solicitud de México alegando que el traslado podría destruir el objeto. 

Este no es el primer intento de México por recuperar uno de los objetos más misteriosos y controvertidos de nuestra historia. En 2011, por ejemplo, se entablaron pláticas para obtener el penacho en préstamo.

Sin embargo, poco tiempo después se aclaró que un posible traslado sería imprudente, por el peligro en que pondría la pieza. El objeto entró en restauración y volvió a ser expuesto en 2014 en Viena.

¿Cómo llegó el penacho a Austria?

Para muchos, la mayor duda de todas es qué hace el penacho de un emperador mexica en un museo europeo. En rigor, la pieza llegó a Europa en calidad de regalo: Moctezuma mismo se lo obsequió a Hernán Cortés. Curiosamente, en su momento los españoles apreciaron más otros de los regalos del emperador.

Creado por maestros de arte plumario, el penacho está compuesto de más de mil 500 piezas de oro y contiene plumas de quetzal, pájaro ardilla, contiga azulejo y espátula plateada rosada cosidas con hilo de agave.

Vale la pena recordarse que el arte plumario fue una de las cumbres del arte precolombino e impresionó ampliamente a los europeos, como abordó desde el ámbito de la ficción la novela Muerte súbita del autor Álvaro Enrigue.

Se sabe que el penacho cruzó el Atlántico hacia Europa y fue exhibido en Bruselas junto con otras piezas. Hacia finales del siglo XVI el penacho apareció en manos de Fernando II del Tirol, archiduque de Austria. 

Luego de que llegara a la corte austriaca el penacho permaneció desparecido por siglos. Fue encontrado a finales del siglo XIX en un palacio vienés. Sobrevivió sin mayores daños gracias a que estaba dentro de una vitrina.

El penacho llegó a Europa como regalo a Hernán Cortés. (Imagen: Especial)

¿Era un penacho? ¿Era de Moctezuma?

Las dudas alrededor de esta pieza de museo también abarcan su naturaleza. Si bien, algunos activistas consideran al penacho una “corona sagrada“, hay quienes dudan que siquiera sea un penacho: 

“El mal llamado penacho de Moctezuma es en realidad una capa de plumas preciosas que portó algún sacerdote y no el emperador del imperio mexica”, declaró el investigador Gerardo del Olmo a La Jornada en 2005.

A decir del investigador sería imposible usar esa pieza en la cabeza tanto por su peso como por sus dimensiones, que son de un metro con 30 centímetros de alto por un metro con setenta de largo.

Por otro lado, la historiadora Carmen Cook de Leonard, en un texto de 1988 publicado en Excélsior, aseguró que Moctezuma nunca usó el penacho. Además alegaba que quedaba poco del penacho original luego de tan variadas y amplias reparaciones:

“El penacho nunca lo usó Moctezuma. Es una de las 158 piezas como regalo de Moctezuma a Cortés, que a su vez las envió al rey de España, por lo que no fue robado. El penacho se ha conservado por los amantes del arte a través de casi cinco siglos, con el cariño que merece, a pesar de guerras y por lo menos diez cambios de lugar”, escribió.

Hace 30 años el penacho ya despertaba tantas dudas como pasiones y hoy mismo sigue siendo materia de controversia. Quien desee conocer la grandeza de este objeto puede visitar la réplica exacta que se conserva en el Museo Nacional de Antropología.