La loba más famosa del Parque Yellowstone fue asesinada por un cazador cuyo único interés era matar para agregar un trofeo más a su colección.
Poco importó la relevancia del animal para los visitantes del parque a un cazador que, con tal de incrementar su fama, mató a Spitfire, una de las más grandes atracciones de la reserva ecológica.
La loba, también identificada como Wolf (Lobo) 926F, fue asesinada a pocos kilómetros de la entrada del parque en la región de Montana, Estados Unidos, donde la cacería es legal.
El cazador que mató a Spitfire alegó que actuó cobijado por las leyes que indican que es temporada de caza en los territorios de Montana, Idaho y Wyoming.
Según el portal The Independent, las licencias de cacería en el estado de Montana cuestan $19 dólares para los residentes y $50 para cualquier otro cazador.
De acuerdo al grupo de defensa de los derechos animales, Wolves of the Rockies, Spitfire era la hembra alfa de una manada que dominaba el valle Lamar, y por su belleza y majestuosidad, era celebrada por los visitantes del parque nacional.
Según Wolves of the Rockies, Spitfire heredó el control de su manada una vez que su madre fue asesinada por otro cazador seis años atrás.
A esta loba se le celebra el hecho de haber mantenido unida a su manada a pesar de que el deceso de su madre dejó un hueco de liderazgo.
Por su parte, los voceros del parque indican que el área donde fue asesinada Spitfire, es conocida por atraer a cientos de turistas que pueden ver desde una distancia segura a los animales en su hábitat natural.
Según el medio británico, los lobos fueron reintroducidos al parque nacional Yellowstone hace más de dos décadas, pero mientras algunos granjeros se quejan de que sus números se han multiplicado “fuera de control”, los defensores de los derechos de los animales indican que el gobierno debería protegerlos de los cazadores.
