Un mapa recientemente creado con observaciones de la Luna nos ofrece información única sobre su superficie. A continuación te contamos todos los detalles.
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Las investigaciones sobre la Luna, nuestro satélite natural, cada vez arrojan resultados más precisos que nos ofrecen detalles únicos sobre este cuerpo celeste.
El Mapa Geológico de la Luna, creado por el Servicio Geológico de Estados Unidos, la NASA y el Instituto Planetario Lunar, es uno de los artefactos resultantes de estos trabajos que, con una serie de colores, nos muestra la superficie de este satélite como nunca antes lo habíamos visto.
En él cada tonalidad representa el tipo de rocas y cráteres que se distribuyen por el suelo lunar, y de acuerdo a sus creadores, es una guía “invaluable” para futuras exploraciones espaciales y el público en general.
El mapa también es uno de los más completos que se han obtenido a lo largo de los años e incluye una descripción geográfica de las capas de roca la Luna.
Gracias al trabajo en equipo entre las agencias espaciales, como la Agencia Japonesa de Exploración Espacial (JAXA) con su satélite Kaguya o el ortbitador lunar de altímetro de la NASA, conocido como LOLA, fue posible hacer la topografía de los polos norte y sur del satélite natural, así como la descripción de su región ecuatorial.
¿Qué revela el primer mapa geológico de la Luna?
El mapa está hecho a una escala de 1:5,000,000, lo que supone que cada milímetro en él represente 5 kilómetros de la Luna.
Se divide en 43 unidades geológicas que abarcan lo largo de la superficie lunar, y a su vez, estas se dividen en grupos de acuerdo a sus características. Algunas de ellas son el material de los cráteres, llanuras, cuencas o formaciones volcánicas.
Las zonas que aparecen en tono tierra estarían representando las zonas del altiplano lunar, mientras que las regiones rojas o purpura mostrarían las áreas volcánicas y los antiguos flujos de lava. En color amarillo aparecerían rocas formadas en el periodo copernicano.
¿Para qué sirve el mapa geológico de la Luna?
El mapa ofrece información vital para nuevos estudios científicos y conecta la exploración de sitios específicos de la Luna con el resto de su superficie.
También hace posible que se planifiquen los alunizajes de forma segura, evitando que los astronautas y exploradores sufran percances que pongan en riesgo la misión y sus vidas.
