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Laguna de Bacalar, en riesgo por turismo desordenado: investigadora de la UNAM

La doctora Luisa Falcón Álvarez advierte del riesgo que corre la emblemática laguna

Desde que Cancún se proyectara como un destino turístico de clase mundial, Quintana Roo ha sido objeto de un desarrollo que no siempre va de la mano de la sustentabilidad. Un ejemplo es la laguna de Bacalar, ubicada al sur del estado, que está perdiendo los siete colores que distinguieron sus aguas, producto de un sutil equilibrio ecológico que se está desvaneciendo.

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La doctora Luisa Falcón Álvarez, investigadora adscrita al Instituto de Ecología de la UNAM, ha estudiado los cambios en Bacalar desde hace quince años y su diagnóstico no es prometedor:

Es un tesoro del planeta que no hemos sabido cuidar; el turismo desordenado y la falta de tratamiento de aguas residuales están acabando con el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo”, expresó.

Laguna de Bacalar, en riesgo por turismo desordenado: investigadora de la UNAM. (Imagen: Pixabay)

En entrevista con Proceso, Falcón Álvarez lamentó el desorden que ha terminado por vulnerar a la laguna famosa por sus variadas tonalidades. En palabras de la académica, la zona dejó de ser visitada por apenas decenas de turistas para recibir, solo en los últimos tres años, 140 mil visitantes.

Para este flujo de turistas se han instalado hoteles, pero pocos asentamientos pueden tratar las aguas residuales que producen. A esta contaminación deben agregarse los residuos agrícolas que genera la región y que terminan en la laguna, fósforo y nitrógeno que al llegar a las aguas de Bacalar fomentan el crecimiento de plancton. Y así es como la tonalidad variada que hizo famosa a la laguna se desvanece por la actividad humana.

El daño no es menor: esta laguna ubicada cerca de la frontera con Belice es hogar del más grande arrecife de bacterias de agua dulce. Ahora mismo la académica colabora con la Secretaría del Medio Ambiente para diferencias las zonas de la laguna que aún pueden ser visitadas de las que deben ser conservadas a toda costa.

Bacalar es hogar del mayor arrecife bacteriano de agua dulce, ahora en riesgo. (Imagen: Pixabay)

Por desgracia, la denuncia de Falcón Álvarez no es nueva: ya desde el 2011 había señalado en una participación con El Universal que debía reconsiderarse la declaratoria del gobierno de Quintana Roo que convertía a Bacalar en un parque estatal; incluso proponía desde entonces una vía intermedia entre el turismo y la ecología, que Bacalar fuera nombrado un GeoParque de la UNESCO, lo que hubiera permitido la presencia humana pero hubiera impedido el daño ecológico.

¿El desarrollo es un enemigo natural de la conservación? La investigadora de la UNAM afirma que no. Acaso es posible visitar lugares como Bacalar sin comprometer su futuro, pero las decisiones a favor de su cuidado deben tomarse ahora.

Con información de Proceso