Khaby Lame es en este momento uno de los tiktokers con mayor proyección a nivel mundial. Sus bromas, tan simples como efectivas, alcanzan decenas de millones de reproducciones por video. Sin embargo, antes de que la suerte cambiara su destino, el joven italiano de 21 años tuvo que sortear duras pruebas. Te contamos su historia.
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Cuenta con 67 millones de seguidores en TikTok, cada video que sube Khaby Lame es un éxito instantáneo. Incluso quienes jamás han ingresado a la popular app, conocen a Khaby por los memes que reproducen su rostro.
Su humor es sencillo e irónico, suele retomar videos populares de las redes sociales y los ironiza sin ser demasiado ácido. No pocos chistes suyos dependen de gestos, principalmente de hartazgo y desdén.
Según cuenta, Khaby Lame es de personas que pueden jactarse de que, contra todo pronóstico, la pandemia le cambió la vida para bien. Antes del confinamiento, trabajaba como operario en una fábrica de Turín, al norte de Italia.
Sin embargo, la pandemia lo dejó sin empleo. Paradójicamente, esa fue la oportunidad para que explorara con mayor constancia su cuenta de TikTok, sin saber que esa aplicación le daría fama mundial.
“Me di cuenta [del impacto de sus videos] cuando hice el video de una chica con dificultades por una mochila. Mostré con un video que si se sacaba la mochila podía liberarse porque estaba sujeta a un poste con un candado. ¡Simplemente tenía que sacarse la mochila! Ahí noté que a la gente le gustaba mi expresión, mi mímica, y decidí continuar haciendo videos, mostrando esas cosas”, dijo en entrevista con el diario El Clarín.
Más de uno se preguntará qué tan posible es vivir de ser una estrella de TikTok. Aunque los influencers, en su mayoría, suelen ser discretos con sus ganancias, una figura de la talla de Khaby, con más de 60 millones de seguidores, puede cobrar hasta 22 mil dólares por una publicación, según algunas estimaciones.
Pero perder el trabajo antes de ser una superestrella de las redes sociales no fue la primera prueba que sorteó Khaby. A los dos años dejó Senegal junto con su familia. Una vez en Italia, vivió en condiciones precarias.
“Viví en una casa popular, un sistema de viviendas para inmigrantes. Ahí la vida no era muy fácil, pero siempre fui feliz porque tuve amigos que me ayudaban, que estaban siempre conmigo”, dijo.
Ahora, asegura, aspira a llegar al cine y ser actor. Admite que se trata de un sueño lejano que albergó en la infancia, pero ahora parece más viable que nunca.
“Es mi gran sueño. De chico miraba mucho a Eddie Murphy y Will Smith, la más grande fuente de inspiración cómica”, declaró.
