Esta semana se dio a conocer el testimonio de Miguel Ángel Martínez -alias ‘el Gordo’- en el juicio del ‘Chapo’. También conocido como ‘el Tololoche’, el señor Martínez acusó a Joaquín Guzmán Loera de atentar contra su vida a pesar de la lealtad que le había mostrado a su antiguo jefe.
El testimonio del ex-piloto del capo sinaloense describe los cuatro intentos de asesinato de los que pudo escapar. Pero la anécdota más fascinante para la prensa internacional fue el último de estos atentados.
El señor Martínez relató que en aquella ocasión estaba encarcelado en un reclusorio de la Ciudad de México. Fue entonces que una noche escuchó una melodía interpretada por unos mariachis. La banda estaba afuera de la prisión, como si fuera una serenata. Estos tocaron más de veinte veces el mismo tema, hasta las tres de la mañana.
Según ‘el Tololoche’, aquel corrido era la canción favorita del ‘Chapo’. Se trata de “Un puño de tierra”, una composición original de Carlos Coral, popularizada por la interpretación de grandes de la música norteña como Ramón Ayala y Antonio Aguilar.
En uno de sus versos, la canción dice:
El día que yo me muera
no voy a llevarme nada,
Hay darle gusto al gusto
la vida pronto se acaba.
Escucha la canción en seguida:
El señor Martínez luego narró que dos horas después de esta tenebrosa serenata, un sicario consiguió llegar hasta la puerta de su celda, amenazó con una pistola al custodio y finalmente le lanzó dos granadas. Martínez alcanzó a lanzarse hacia el baño y con esta acción desesperada pudo escapar con su vida.
