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HISTORIA

Islas Marshall serían más radioactivas que Chernobyl y Fukushima: estudio

Un estudio realizado por la Universidad de Columbia expone que las Islas Marshall serían más radioactivas que Fukoshima o Chernobyl

Entre 1946 y 1958, Estados Unidos realizó alrededor de 67 detonaciones nucleares en las Islas Marshall, específicamente en la zona de Bikini Atoll, un sitio que desde entonces se volvió más radioactivo que Fukushima y Chernobyl.

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Las islas Marshall son un archipiélago de mil islas ubicado en el Océano Pacífico, entre Hawai y Australia.

Cuando en 1946 y 1958, Estados Unidos estalló allí una bomba de hidrógeno mil veces más poderosa que la de Hiroshima  conocida como Castle Bravo, la vida en las islas cambió para siempre. Como consecuencia, decenas de personas murieron y otras tantas tuvieron que enfrentarse a las terribles secuelas de la radiación como deformaciones físicas y el cáncer.

La población indígena que ocupaba el espacio destinado para las pruebas atómicas fue desalojada y llevada al atolón Rongerik, sin embargo el impacto de las armas rebasó las medidas de prevención que las autoridades trataron de tomar.

A 30 años de las explosiones, estudios de la Universidad de Columbia confirmaron que los niveles de radiación en las islas Marshall siguen siendo sumamente nocivos e incluso rebasan los de Chernobyl y Fukushima, sitios potencialmente peligrosos para los seres humanos.

Cerca de 70 mil personas en la actualidad enfrentan riesgo de contraer alguna de las consecuencias del Castle Bravo, por lo que no hay una fecha específica para que quienes fueron desalojados de este lugar vuelvan al hogar de sus ancestros.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial, este territorio fue ocupado por Japón y ahora es una nación independiente con categoría de ‘estado asociado’ a los Estados Unidos.

Tanto como el atolón Enewetak como el Bikini registraron altas cifras de radioactividad en su territorio que se esparcieron con el paso de los años a lo largo del archipiélago.

Esto expone que los acuerdos trazados a mediados de la década de 1940 por los gobiernos de ambas naciones implicadas en las pruebas no fueron acatados, pues, por las evidencias, se sabe que los límites de hidrógeno acordado entre Estados Unidos y las Islas Marshall no se respetaron.

La explosión de Castle Bravo vaporizó el suelo y formó un cráter de 15 kilómetros de ancho y 75 metros de profundidad, con una fuerza total de 15 megatones.

Las partículas que surgieron de ella viajaron hasta Europa, India y Estados Unidos, sin mencionar que el material radioactivo se depositó en sedimentos oceánicos y también alcanzó a frutas y alimentos como los cocos.

Hasta ahora se siguen realizando investigaciones que busquen el rastro de Castle Bravo y permitan dimensionar con mayor claridad el impacto que provocan las armas nucleares para todos los seres vivos y la humanidad.

 

Con información de BBC