El huracán Katrina fue uno de los más destructivos en la historia de los Estados Unidos. Fue por eso que la comunidad internacional se solidarizó. Países de América Latina enviaron ayuda al país norteamericano. México y los migrantes latinoamericanos en Estados Unidos no fueron la excepción.
El huracán Katrina fue considerado como uno de los 5 huracanes más mortíferos en la historia de los Estados Unidos: alrededor de 1,833 personas fallecieron ya sea por el huracán o las inundaciones que causó y los daños materiales se calcularon en 108 mil millones de dólares.
Fue en 2005 que Katrina ingresó al territorio estadounidense. 70 países enviaron donaciones u otro tipo de ayudas.
Cuba y Venezuela fueron algunos de esos países que ofrecieron su ayuda a pesar de la política hostil de Estados Unidos contra ellos. Estados Unidos, encabezado entonces por George W. Bush, rechazó la ayuda cubana y venezolana.
La ayuda de México
México entonces donó 1 millón de dólares a través de la Cruz Roja Mexicana. También envió más de 200 toneladas de comida que fueron llevadas en 5 aviones de la Fuerza Aérea Mexicana.
La Base Aérea Kelly Air Force Base, en San Antonio, Texas, recibió al menos a 196 miembros del ejército mexicano, 14 camiones cisterna con agua, una unidad de atención médica, 45 vehículos militares y las más de 250 toneladas de comida, agua embotellada y provisiones médicas.
El presidente Fox dijo entonces:
“México y los Estados Unidos son países vecinos y amigos, y en momentos difíciles, los buenos amigos siempre están presentes. Haremos todo lo que está en nuestras manos para ayudar en esta situación tan desafortunada”
La Secretaría de la Defensa Nacional de México diseñó el Plan DN-III-E en coordinación con las autoridades norteamericanas.
Se envió el buque Papaloapan (ARM A-411) de la Armada de México que se aproximó al puerto Biloxi, en Mississippi, con 200 toneladas de agua, medicamentos de uso inmediato y equipos de rescate.
La ayuda de los migrantes
Por otro lado, había mucho trabajo que hacer para reconstruir la parte de Estados Unidos que había sido dañada. Mucho de este trabajo duro fue realizado por migrantes (muchos de ellos mexicanos, centroamericanos y sudamericanos).
Nueva Orleans (una de las zonas más afectadas) de pronto se vio llena de migrantes dispuestos a trabajar para reconstruirla. 23% de la población hispana en Nueva Orleans era de origen mexicano.
En 2006, un estudio reveló que la mitad de los latinos que trabajaron para reconstruir estaban en una situación irregular (no tenían papeles).
Pero Katrina había sido devastadora, según Univisión, las autoridades suspendieron temporalmente las regulaciones que obligan a los empleadores a comprobar si los inmigrantes tenían permiso de trabajo. La irregularidad se tradujo en que empleadores cayeran en prácticas de explotación laboral e impago.
Años después, muchos de los reconstructores sufrieron en carne propia las redadas antimigrantes y fueron deportados.