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ARTE Y CULTURA

La historia de “Cantinflas Show”, un clásico de la animación mexicana

Quienes tuvieron su infancia entre las décadas de 1970 y 1980, seguramente recuerdan con nostalgia la serie animada Cantinflas Show, que dejó una profunda huella en toda una generación de niños, no sólo en México sino en varios países de habla hispana.

Fue creada por el propio Mario Moreno “Cantinflas” cuando ya era uno de los pilares de la industria cinematográfica mexicana. Con decenas de películas exitosas, un Globo de Oro obtenido por su papel como Paspartout en La vuelta al mundo en ochenta días y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, Moreno decidió encabezar un proyecto educativo orientado hacia los niños.

Mario Moreno ‘Cantinflas’ durante el rodaje de “La Vuelta al Mundo en 80 días” (Derek Berwin/Fox Photos/Hulton Archive/Getty Images)

Basada en las aventuras de su personaje Cantinflas, esta caricatura fue uno de los primeros productos de la televisión mexicana que consiguió no sólo entretener, sino también educar a los niños.

Varios fueron los aciertos que tuvo Cantinflas Show. En primer lugar, retomó al ya famoso personaje de Cantinflas, tan arraigado en la cultura popular mexicana, y lo hicieron aún más entrañable y cercano. Desde el principio se tuvo el cuidado de que el Cantinflas animado guiará cada capítulo pero dejando de lado cualquier sentido de superioridad y huyendo del estereotipo de “adulto” o “maestro”.

Así, Cantinflas se vuelve compañero del espectador y comparte con él tanto la emoción como las dudas por ir conociendo más a fondo algún suceso o personaje histórico, volviéndose cercano a los niños quienes lo veían como su igual. Además de estar dotada de una buena dosis de humorismo blanco, cada emisión intentaba difundir una moraleja que invitaba a los niños a ser mejores personas, pero sin que la lección se sintiera impuesta o demasiado moralista.

Ilustración de “Cantinflas Show”

El formato también ayudo, pues lejos de presentar capítulos largos donde el riesgo de aburrir al público era latente, se optó por cápsulas que iban de 5 a 7 minutos, donde Cantinflas ahondaba en la vida de personajes como Cleopatra, Dante, Leonardo da Vinci, Napoleón, Einstein; hablaba de lugares como Acapulco, la Ciudad de México, Japón o el Amazonas; o profundizaba en temas de distintas índoles como la aviación, el futbol o la electricidad.

Finalmente estaba la animación, que estuvo a cargo de José Luis Moro, animador español que creó La Familia Telerín (1965), y que le imprimió a Cantinflas Show su peculiar estilo.

Cantinflas Show fue producida por Televisa y comenzó a emitirse en 1972:

Esta “primera temporada”, por llamarla de algún modo, estuvo compuesta por 53 episodios, y fue tan bien recibida, que en 1982 Hanna-Barbera hizo una readaptación tomando como base los dibujos animados del producto original.

El nombre de esta nueva versión fue Cantinflas y sus amigos (Amigo and Friends en otros idiomas) y fue transmitida en todo Estados Unidos. Mientras Mario Moreno le dio voz a Cantinflas, en inglés el personaje de “Amigo” corrió a cargo de Don Messick.

Salió al aire en 1982 y estuvo compuesta por 51 capítulos de 6 minutos cada uno.

Si se contrastan ambas versiones es posible distinguir una clara diferencia en la animación. Para muchos, a pesar de que Cantinflas y sus amigos tuvo detrás a un grupo de dibujantes experimentados y talentosos, los trazos de Moro en Cantinflas Show eran más artísticos y cuidados, algunos paisajes y movimientos alcanzan una belleza y estética que por sí mismos tienen un gran valor.

Aún así, ambas caricaturas conservaron la misma vocación educativa y en su momento fueron muy efectivas en su propósito.

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Aunque Cantinflas Show y Cantinflas y sus amigos son de los trabajos menos reconocidos de Mario Moreno, es justo reconocer que en su momento fueron innovadoras y dejaron huella en el imaginario colectivo de muchos mexicanos.