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POLíTICA

Dilma Rousseff: tan cerca del impeachment, tan lejos de su cargo

“Voten contra el ‘impeachment’. Voten por la democracia”

El lunes 29 de agosto, Dilma Rousseff dio lo que podría ser su último discurso como presidenta de Brasil.

Leyó un discurso incisivo durante el cual se mostró tranquila en todo momento aunque en breves momentos se le quebró la voz. Insistió en ser inocente y que no sólo lucha por su mandato, vanidad o apego al poder, sino que “Lucho también por la democracia, la verdad y la justicia”.

Aludió a la tortura que sufrió en tiempos de la dictadura y afirmó, que como entonces, resistirá y no va a dejar de luchar por Brasil.

“No cometí los delitos de los que soy acusada injusta y arbitrariamente”

Durante un discurso de 45 minutos leído en la tribuna del Senado, descalificó los cargos se le imputan sobre maquillar cifras y reitera que la acusación ha sido injusta y arbitraria.

Afirma que se trata de una conspiración para quitarla del poder después de que fuera reelecta en 2014 y que el Senado está a un paso de concretar un verdadero golpe de Estado.

Después del discurso, los senadores le hicieron preguntas para deliberar sobre la posible destitución, se sabrá la última decisión el próximo martes o miércoles.

Rousseff dijo que un cambio de gobierno sólo puede hacerse por el pueblo y mediante elecciones, y no con una ruptura democrática.

¿Cómo se llegó a este momento?

La madrugada del miércoles 10 de agosto, el Senado Brasileño votó 59 contra 21 a favor de someter a juicio político a la presidenta acusada de maquillar las cuentas públicas y autorizar gastos sin la aprobación del Congreso. Es decir, se le acusa de cometer un crimen de responsabilidad fiscal. La notificación le fue entregada a José Eduardo Cardozo, abogado de la defensa de la presidenta. La votación final debe ocurrir entre el martes 20 y el miércoles 31 de agosto.

Expertos en política internacional afirman que con esa mayoría es lo más probable es que veamos a la presidenta brasileña dejar su cargo a finales de este mes por órdenes del congreso. El panorama es el siguiente, 67% de la población desaprueba la administración de la presidenta  y sólo 11% la apoya. Así, podrían terminar 13 años que el Partido de los Trabajadores mantuvo en el poder en Brasil. El PT llegó al poder en 2003 cuando Lula da Silva asumió su primer mandato, ahora, el país se inclina más hacia los conservadores.

Gestión de Dilma

La gestión de Dilma ha estado cerca de casos de corrupción y deterioro de la economía desde el 2011. Después de la gestión de Lula da Silva en donde Brasil había gozado de un gran crecimiento económico, todo empezó a irse hacia abajo. La crisis llegó a Brasil y ahora este país enfrenta una de sus peores recesiones en décadas. La crisis económica está ligada con la crisis política, porque esta última ha afectado al sector empresarial, ocasionando una caída en las inversiones de la iniciativa privada. Rousseff había intentado contener la crisis con algunos cambios, como recortes al gasto público pero esto no funcionó. Brasil está sumergido en una profunda crisis y los brasileños estaban buscando una forma de salir de ella: reajustando presupuestos, modificando leyes, e incluso, modificando su gobierno.

La propuesta de sustituir a Dilma empezó en diciembre. El presidente de la Cámara de Diputados de entonces, Eduardo Cunha acusó a la presidenta de violar las leyes presupuestarias con préstamos de bancos estatales para cubrir el déficit en el país y pagar los programas sociales del periodo anterior a su relección del 2014.

El abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, el ministro de Justicia y Abogado General del Estado durante el periodo de Dilma, califica a todo este proceso de golpe, ya que no hay evidencia suficiente para que se le destituya. Según él, los argumentos que han presentado las cámaras, sólo son faltas administrativas que no son suficientes para despojar a la presidenta de su mandato.

Los simpatizantes de Dilma denuncian también que se trata de un golpe y cuestionan la legitimidad del presidente interino, Michel Temer, del  partido de centro derecha PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) porque tiene a muchos de sus integrantes bajo investigaciones de corrupción.

Soldados custodian la residencia presidencial donde los opositores proyectaron “impeachment”

Dilma ante el impeachment

El martes 16 de agosto, Dilma hizo un llamado al Senado en una carta abierta que leyó en su página de Facebook para ponerle fin al proceso de impeachment por el bien de la democracia y afirmó ser inocente de los cargos donde ahí también afirmó que se comprometerá a convocar un plebiscito para que los brasileños decidan si deben adelantarse las elecciones en caso de que consiga evadir el impeachment.

El último paso del impeachment será el 25 de agosto, a las 9 de la mañana. Si dos tercios del Senado votan por el destituir a Rouseff deberá dejar su cargo y abandonarlo definitivamente. Estamos hablando de 54 votos. Si no se logran, Rousseff recuperará sus funciones y podrá terminar su periodo.

Ahora, la última noticia es que Dilma Rousseff se defenderá sola. El 29 de agosto, es decir cuatro días después de que se inicie la última fase del impeachment, podrá comparecer ante el Senado. El presidente del Senado, Renan Calheiros anunció que la votación final podría realizarse el día después de que Rousseff se presente.

El interninato que podría ser definitivo

Michel Temer ya asumió la presidencia interina y la mandataria lo acusa de traición y de dar un golpe legislativo en su contra. Temer era el vicepresidente de la gestión de Rousseff y fue el vicepresidente porque estaba en una coalición con el Partido de los Trabajadores (izquierda) de la presidenta.  En caso del impeachment, Temer terminaría su mandato hasta finales del 2018. Pero temer no es popular, según recientes encuestas menos del 10% de la población quiere que sea presidente. Temer tiene a los políticos evangelistas de su lado y están a favor de una política conservadora, no quieren matrimonio igualitario ni aborto

Michel Temer

Brasil ahora

El panorama de la economía latinoamericana es bastante complicado. Desde el año pasado el PIB cayó 3.8%, el desempleo ha aumentado y la confianza en Brasil ha bajado principalmente tras escándalos de corrupción.

El Cunha ex presidente de la cámara de diputados, está involucrado en escándalo de corrupción, así como Michel Temer, el expresidente Lula da Silva y ahora, también Dilma Rousseff. Los brasileños están hartos y están tomando medidas para tratar de resolver la situación.

Protestas por el impeachment en Brasilia