Existe una línea delgada que divide lo que consideramos como una infidelidad y por ejemplo, algunos consideran que el coqueteo es una traición, mientras que otros sólo consideran una “aventura de una noche” como engañar a su pareja, es por eso que hay distintos tipos de engaños y uno de ellos es la infidelidad emocional.
¿Qué es la infidelidad emocional?
Una infidelidad emocional ocurre cuando una persona establece una conexión cercana e íntima con alguien que no es su pareja y se diferencia de una amistad porque las interacciones implican cierta tensión sexual o atracción romántica.
Una infidelidad emocional se diferencia de una amistad sana y solidaria porque también suele mantenerse como una relación cerca del corazón, con apego, aunque no haya contacto físico.
Aunque este tipo de relación no parece amenazante ni problemática, pues no implica algo físico, la infidelidad emocional sí puede comenzar a afectar una relación bien cimentada y hasta debilitar el compromiso con la pareja.
Una infidelidad emocional puede manifestarse de diferentes maneras y por lo general la cercanía con otra persona interrumpe el tiempo invertido con la pareja, pues comienzas a concentrarte en la conexión que tienes con la otra persona en lugar de en tu relación existente (generalmente monógama).
Algunas de las señales principales de una infidelidad emocional pueden implicar:
- pasar más tiempo hablando con (o pensando en) la otra persona que la pareja
- evita mencionar a la otra persona a la pareja
- saber que esa otra persona se siente atraída por ti
- notar signos físicos de química a su alrededor
- sentirse menos atraído física o emocionalmente por la pareja
- compartir frustraciones o insatisfacciones sobre la relación con la otra persona
- desear que la pareja fuera más como la otra persona
- evitar la comunicación abierta con la pareja
Si bien no hay nada malo en cultivar la intimidad con amigos de cualquier género, la diferencia clave entre amistad e infidelidad emocional radica en el hecho de que los amigos desempeñan un papel de apoyo, no uno principal o estelar, es decir, en una relación romántica sana de pareja, por lo general recurrimos primero a ella, tanto para compartir lo bueno como lo malo y aunque no debemos depender de la pareja para satisfacer todas nuestras necesidades emocionales, una relación requiere de confianza y apoyo mutuos.
