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CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

No solo el Amazonas está en llamas, también hay incendios en el Círculo Ártico, otra alerta mundial

Siberia, Alaska, Groenlandia y el norte de Canadá han registrado temperaturas nunca antes detectadas

Antes de que la atención del mundo se enfocara en la tragedia infernal que azota al Amazonas, la mirada global de consternación estaba puesta sobre Siberia, donde otro de los grandes bosques del mundo, la taiga, se encuentra en llamas a una escala nunca antes vista.

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Siberia no es la única zona del Círculo Ártico que ha registrado números record de temperaturas. En los meses previos, Alaska se vio en medio de una crisis ambiental por 600 incendios forestales que destruyeron un millón de hectáreas, afectaron la calidad del aire en varias ciudades y poblados, y desplazaron a miles de personas de sus hogares. En Groenlandia y el norte de Canadá también se vio un aumento inquietante de las temperaturas.

Aunque los incendios forestales en el Círculo Ártico han formado parte de un ciclo de renovación desde hace miles de años, los focos rojos en Rusia se prendieron cuando la zona afectada abarcó más de 5.2 millones de hectáreas, el tamaño del territorio de Bélgica. Este año, los incendios han demostrado ser más frecuentes, intensos y serios, tal como señala Nancy Fresco, coordinadora SNPA de la Facultad de Investigación, Universidad de Alaska:

Las pruebas demuestran que, en general, los fuegos del lejano Norte se están volviendo más grandes, más calientes y más frecuentes. Las coníferas más viejas están perdiendo terreno a favor de árboles caducifolios más jóvenes, lo cual altera ecosistemas enteros.

Para la investigadora, el Círculo Ártico está entrando en las primeras fases de un círculo vicioso, acelerado por los efectos del cambio climático:

Los árboles calcinados están liberando carbono, junto con los suelos ricos en material vegetal muerto que se están quemando más profundamente que en el pasado. Como estas emisiones provocan un mayor calentamiento, el cambo climático está dando lugar a más cambio climático, lo cual afecta a todo el planeta.

El calentamiento global está dejando su huella en Alaska, por ejemplo, al tomar en cuenta que julio de 2019 fue el mes más cálido jamás registrado en el estado.

El aumento general de los incendios puede ser difícil de detectar y medir debido a la enorme variabilidad natural. Los incendios de este verano en Alaska se vieron impulsados por una intensa ola de calor al principio de la temporada. La relación entre el tiempo cálido y seco y el fuego está clara. El cambio climático está provocando una tendencia igual de clara hacia primaveras más tempranas y veranos más largos y cálidos.

Y lo que complica más la situación es que la humanidad puede hacer poco para combatir este tipo de incendios. “En primer lugar, como han afirmado las autoridades rusas en respuesta a las peticiones ciudadanas de acción para controlar los incendios forestales en Siberia, el coste de la lucha contra el fuego en las inmensas regiones del Ártico y el Subártico sería astronómico,” indicó Nancy Fresco.

En segundo lugar, extinguir fuegos ahora deja combustible mucho más inflamable en el paisaje para el próximo año o el siguiente, un problema que muchos relacionan con los catastróficos fuegos de otros estados.

Para la investigadora de Alaska, la mejor forma de combatir estos incendios consiste en establecer prioridades, por ejemplo, agrupando las tierras en cuatro categorías: limitadas, modificadas, completas y críticas.

Las tierras “limitadas” serían aquellas donde los fuegos están vigilados, pero se les permite arder libremente ya que no amenazan vidas o recursos conocidos, mientras que las “críticas” son las tierras donde se ven amenazados hogares y vidas humanas.

Con información de El País.