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SALUD

Ictus hemorrágico: ¿Qué es y cuáles son sus riesgos?

Es muy importante saber reconocer de forma rápida los síntomas que puede provocar un ictus para actuar en consecuencia y minimizar el riesgo de secuelas

El ictus hemorrágico, o accidente cerebrovascular, es una de las principales causas de muerte tanto como de discapacidad en todo el mundo.

Su prevención y diagnóstico precoz son de vital importancia. Pero ¿qué es, cuáles son sus síntomas y los riesgos de padecerlo?

Un ictus es la detención brusca del flujo sanguíneo en una zona del cerebro. Puede ocurrir por el taponamiento de una arteria o vena cerebral, lo que se denominaría ictus isquémico, o bien por la rotura de un vaso sanguíneo.

Es este caso de rotura de un vaso lo que se conoce como ictus hemorrágico. Los ictus hemorrágicos solo son un 10-15 % del total de ictus que suceden. El vaso dañado comienza a sangrar, produciendo una hemorragia cerebral, y el territorio posterior a esa rotura, que recibía sangre y se nutría gracias a ese vaso, se queda sin riego.

Que una zona del cerebro se quede sin riego provoca que todas las células que forman este tejido comiencen a estar faltas de oxígeno y pierdan la capacidad de funcionar, para finalmente acabar muriendo. Además, la propia hemorragia que se forma comprime otras zonas cerebrales haciendo que estas células también estén en riesgo.

Es por esto que, cuanto mayor tiempo pase una zona sin riego sanguíneo, más graves serán las consecuencias que se produzcan.

Es muy importante saber reconocer de forma rápida los síntomas que puede provocar un ictus para actuar en consecuencia y minimizar el riesgo de secuelas.

El ictus es una situación de emergencia, ante la que los servicios sanitarios activan un protocolo de actuación. El fin es diagnosticar y tratarlo lo más rápido posible para evitar consecuencias graves, e incluso la muerte del paciente.

(Getty Images)

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas del ictus pueden aparecer poco a poco, pero lo más habitual es que aparezcan de forma brusca y que empeoren rápidamente. Algunos de ellos son:

  • Debilidad de una parte del cuerpo o pérdida de la capacidad de moverlo.
  • Pérdida de sensibilidad o sensación de hormigueo.
  • Disminución o pérdida de la visión total o parcial.
  • Dificultad para hablar.
  • Incapacidad para reconocer o identificar cosas familiares.
  • Dolor de cabeza fuerte y brusco.
  • Mareo
  • Pérdida de coordinación
  • Dificultad para tragar.
  • Sensación de sueño, adormecimiento, e incluso coma.
  • Confusión o pérdida de memoria.

Factores de riesgo del ictus hemorrágico

El ictus hemorrágico se produce, la mayoría de las veces, en personas con los vasos sanguíneos dañados o estropeados. Existen factores de riesgo que serán permanentes y otros que dependerán del estilo de vida de la persona.

Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de hemorragia cerebral son:

Malformaciones de los vasos sanguíneos del cerebro, como pueden ser aneurismas cerebrales o malformaciones arterio-venosas. Estos trastornos hacen que los vasos sean más delicados y con mayor tendencia a la ruptura.

Hipertensión arterial. Las personas con hipertensión arterial no controlada tienen mayor riesgo de que un vaso se rompa, ya que estos soportan mayor presión en sus paredes por la sangre que contienen.

Tabaquismo. El tabaco provoca que las paredes de los vasos sanguíneos pierdan elasticidad, haciendo que sean más susceptibles a romperse ante cualquier cambio.

Diabetes. Las personas con diabetes también tienen sus vasos sanguíneos dañados y debilitados.

Dieta poco saludable, sobrepeso y obesidad.

Como se puede observar, muchos de estos factores son modificables con el estilo de vida saludable.

Es aconsejable llevar a cabo ejercicio física y una dieta controlada en cuanto a grasas, alcohol y otras sustancias dañinas.

Se debe actuar rápido ante el ictus hemorrágico

El ictus es una de las causas principales de muerte, sobre todo en países desarollados. También es un gran generador de discapacidad adquirida. Como ya hemos comentado, es muy importante reconocer los signos que puede producir cuanto antes, para así actuar rápido y poder evitar las secuelas.

Cuando se actúa y se trata rápido, aunque haya parte del tejido que haya muerto, otra parte puede recuperarse. Con rehabilitación, muchas de las funciones que se habían perdido vuelven a la normalidad. Es primordial, por tanto, avisar a los servicios sanitarios de emergencia ante la sospecha de ictus.

Con información de Mejor Salud.

LLH