Un grupo de investigadores de la Universidad de Sheffield aplicó una serie de reglas para determinar las probabilidades que tendría la humanidad de sobrevivir a un brote de zombies.
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El propósito de dicho estudio fue evaluar cómo se propaga una enfermedad en el mundo real y qué tan efectivas resultan las vacunas para contener estas infecciones.
En el estudio se aplicó un modelo epidemiológico denominado SIR que es capaz de simular un contagio a gran escala.
En este, tanto los médicos como los laboratorios emplean la herramienta para realizar un seguimiento de epidemias sociales como la obesidad, el tabaquismo y el alcoholismo.
Con modelos matemáticos se buscó comprender la evolución de estas infecciones, no solo en los seres humanos sino en el mundo real, por lo que fue posible explicar los datos y hacer predicciones sobre las medidas de control para el entorno natural.
En la investigación zombie, los especialistas modificaron el modelo para comparar la cantidad de humanos, cadáveres y zombis reanimados. Después procedieron a investigar estrategias de supervivencia.
Calculando la velocidad de desplazamiento de los zombies, la intensidad de su mordida y el tiempo que transcurre desde que se recibe el mordisco hasta que se efectúa la zombificación encontraron que las posibilidades de sobrevivir son buenas.
Las opciones recomendadas son: atacar a la horda, domesticar a los zombies o correr por nuestras vidas, siendo la primera alternativa la menos recomendada.
En ella solo se tiene un 10% de posibilidades de ganar la batalla, pues en una hora cerca de 2,000 personas habrían muerto infectadas.
La única salvación para la humanidad, de acuerdo a los investigadores, es disciplinar a los muertos vivientes, neutralizarlos como agentes infecciosos y así lograr que la población ‘salvaje’ fuera eliminada.
Con una caída en las vacunas alrededor del milenio, hemos visto enfermedades infecciosas como el sarampión circulando una vez más. Usando las matemáticas, podemos calcular cuántas personas necesitamos vacunar para detener la propagación de una enfermedad”
… concluyeron los expertos.
